El consumo en 2017 cayó por debajo del de 2011, ubicándose apenas por encima de los valores de 2010 (apenas un 0,7%). Es decir, los millones de hogares usuarios de este servicio público esencial consumieron el año pasado prácticamente las mismas cantidades que consumían 7 años atrás.
Los valores se desprenden de un estudio realizado por Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (OETEC), que dirige el Bioquímico y Biotecnólogo de la UBA, especializado en Microbiología Industrial, Federico Bernal.
Como puede constatarse en el gráfico, el desplome interanual en el consumo residencial de gas en 2017 fue, para esta provincia, el más pronunciado desde 1993, cuando el Enargas comenzó a informar sus estadísticas.
El estudio de la OETEC también señala que el promedio del consumo residencial para la década entre 2004 y 2014 fue un 45% mayor al promedio del consumo residencial entre 1993 y 2003, crecimiento en tan poco tiempo, que solamente puede explicarse en el marco de una Política de Estado, que consideró el acceso a la energía como “un derecho humano”, y en “una herramienta de lucha contra la pobreza y la desigualdad social”.
Oetec sostiene que el consumo en Argentina se aproximaba al de las naciones industrializadas y con los mejores índices de desarrollo humano del planeta. “El gas por redes, había abandonado su estatus de mercancía para convertirse en servicio público esencial”.
El informe detalla que el promedio de consumo anual que entre 1993 y 2003 sólo logró crecer en 601.588 miles de m3, expandiéndose a 1.436.946 miles de m3 en la siguiente década, es decir, una diferencia del 139%. (InfoGEI)