Del Fútbol al Rugby: La muerte llega a las patadas

(Por Victor Calvigioni) El crimen de Fernando Báez Sosa con la participación de los rugbiers Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli, Luciano, Lucas y Ciro Pertossi  tiene antecedentes incluso con condenas por parte de la justicia, tampoco debemos olvidar los jóvenes golpeados en nuestra ciudad, algunos de ellos con secuelas permanentes.

Uno de los casos con condena aconteció en la localidad de La Carlota y a principio de la década de los setenta ,cuando  tres jugadores de fútbol  fueron condenados a nueve años de prisión por el homicidio de un linesman en un encuentro de verano.

El  partido fue  en el contexto de un clásico de la zona sur cordobesa  en un torneo de verano. Para muchos quedaron en su retina cuando  varios jugadores  se arremolinaron  en un reclamo  y mataron de varias patadas en la cabeza al Juez de Línea. Un torneo de verano que quedó gravado en la memoria de los espectadores y  marcó para siempre a varios jugadores.

En  enero de 1972,  en un encuentro  nocturno jugado  en la localidad de La Carlota,  se escribiría un mojón en la historia de la violencia en el fútbol argentino. El episodio sucedió  cerca de una de las áreas, cuando un Juez de Línea corrió con el objetivo de auxiliar al Juez  principal y que estaba siendo  agredido. En ese contexto los once jugadores se “amontonaron” alentados por su hinchada que les gritaba “pegue y pegue”. Años después este periodista tomando un café en una mesa del Hotel “Sur” con varios testigos de esa noche trágica y olvidada por vergonzosa , pudo reconstruir los hechos.

         “Matenlo”

La agresión comenzó con  un remolino de jugadores que empujaban a las autoridades del encuentro.   El Juez de Línea cayó al suelo y   recibió varias patadas en la cabeza. Todavía se recuerda  a los cientos de hinchas que habían asistido al partido en una  noche calurosa,  gritando a coro  “Mátenlo”.

El episodio fue cubierto por la recordada  revista “ASI” con una foto en la  tapa en blanco y negro que mostraba el momento de la agresión. La víctima se llamaba Agustín Baso (43) casado y con cuatro hijos.

En esa trágica  noche estival,   los dos equipos se jugaban la alternativa de estar en las finales del torneo de verano. Los rivales  que competían en esa instancia eran  los equipos de Sportivo Rural de Santa Eufemia y Belgrano Juniors de Arias. Un clásico de la zona.  La tragedia tocó de cerca a la Escuela Salesiana de Ferré porque dos alumnos (hermanos) participaron del ataque al referí, Angel Fragosa y uno de ellos  de apellido García fueron señalados como responsables de la muerte  del linesman,  Baso.  García estuvo fichado en la Liga de General Arenales, y jugó por lo menos algunos partidos.

En la cancha  había tres policías. Tal vez el comienzo de la discusión al mirar retrospectivamente esta historia sea una cosa menor. Los jugadores locales  comenzaron la discusión por el armado de barrera. Los futbolistas  pedían distancia en un tiro libre cerca del área. Con el correr de la noche los once jugadores de Sportivo Rural y su Director Técnico (un médico) quedaron aprehendidos y dispuestos en la Comisaria. El final de la historia llegó  en un expediente con decenas de declaraciones de protagonistas y  testigos, fotos incluidas y tres jugadores condenados a 9 años de prisión (Un peón rural, un estudiante de agronomía y un contador)