Por Cynthia Calvigioni
Estimado Sr Presidente Javier Milei:
Lo que pronunció en su discurso en el Palacio de la Libertad, solo rebautizado por usted y que era el CCK, una obra que no generó es una afirmación falaz y peligrosa.
Decir que «La Universidad Pública Nacional no le sirve a nadie más que a los hijos de los ricos y a los de la clase media alta” es algo totalmente discriminatorio, de un desconocimiento e ignorancia total y una advertencia explícita a que los pobres no pueden soñar con llegar a dicha institución.
Como siempre arroja datos mentirosos y frases que intenta instalar en el sentido común y que se multipliquen dividiendo y distrayendo la opinión pública. Pero no hay mejor verdad que la realidad. Y eso es lo que le están demostrando con números reales y hechos los estudiantes, docentes, no docentes y autoridades de la comunidad educativa universitaria.
Porque el mayor logro fue que las Universidades se llenaron de hijos de obreros.
Quiere desprestigiar una Institución para desmantelarla y arancelarla. Porque ese es su plan. No le interesa la educación ni la ciencia ni la tecnología. Sólo viene a hacer negocios con los poderosos, para usted es un servicio más.
Le cuento que su receta económica ya se probó en Argentina en los años 90. Y no le gustó a la mayoría del pueblo. Porque mientras algunos comían pizza con champán otros iban perdiendo el trabajo gracias a las privatizaciones, la importación y el recorte del Estado que provocó miles de despidos y que un gran porcentaje de la población se quedará sin empleo.
Mi padre fue uno de ellos. Gracias al ajuste del Estado perdió su trabajo en la Junta Nacional de Carnes, un organismo de importancia vital para el control de lo que comemos los argentinos/as y por el cual mi viejo se perdió gran parte de nuestra infancia.
Cuando en el 95 tuve que ir a estudiar mi familia pudo sostenerme con gran esfuerzo de todos los integrantes unos meses pero tuve que buscar un trabajo para poder solventar mi vida en Rosario.
Con 18 años comencé a trabajar y desde ese entonces no pare.
Muchas veces con mis compañeras de aquellos años elegimos entre comer o sacar fotocopias y viajábamos a dedo porque no podíamos pagar los boletos del transporte para visitar a nuestra familia.
Estudie una carrera de «parásitos» como hace poco usted definió pero que yo defiendo con orgullo «Licenciatura en Comunicación Social». Siempre habla desde el odio y la discriminación y el maltrato pero le recuerdo que ya no es panelista de televisión sino Presidente de todos/as los argentinos.
Con mucho esfuerzo me recibí. La Universidad Pública cambió mi vida para siempre y ya nunca volví a ser la misma. Me permitió poder trabajar primero en un oficio que amo y es el periodismo y como docente. Y los pobres si llegamos a la facultad. Imagínese ahora que siendo trabajadores somos pobres gracias a sus políticas de ajuste y represión. Aumento a niveles desproporcionados la luz, el gas, el transporte público, etc.
Desprecia a los jubilados, los docentes, los universitarios, la cultura, la ciencia, la salud mental, los enfermos terminales, las obras para que los ciudadanos accedan a asfalto, rutas, cloacas. Pero festeja la cena de los «82 héroes» que votaron en contra de los jubilados con asado mientras los abuelos y las abuelas no lo pueden comer y hasta se atrevió a quitarles medicamentos.
Pero no se olvide que el pueblo argentino lleva en su ADN la defensa de sus derechos. Y que no los va a arrebatar tan fácilmente con un decreto o un veto.
La patria no se vende, se defiende. Y somos miles los que estamos dispuestos a defender la educación pública, la salud, el trabajo digno y a los más vulnerables.
Gracias UNR porque en esos pasillos aprendí muchísimo con profesores maravillosos que le ponen el cuerpo y el alma.
Universidad Pública Siempre (Licenciada en Comunicación Social)