Colón:“Necesito conocer mi identidad, busco a mi mama y a mi papa”

 

Cynthia Calvigioni  dialogó con María Susana “Tati”  Climaco, vecina de nuestra ciudad hace más de 20 años, es adoptada, y está buscando su identidad. Quiere conocer quiénes fueron sus padres biológicos. La historia de una lucha y de un camino que atraviesa para conocer la verdad contada en primera persona:

“Yo soy adoptada, lo sé desde los seis años porque cuando fui a buscar a mi hermano, me contaron. A mi adoptaron de bebe, al día que nací mi abuelo y mi abuela me fueron a buscar a la clínica y me entregaron a mi mama y a mi papa. El que hizo todo el “negociado” fue mi abuelo paterno. Cuando yo decido buscar el origen porque me costó muchísimos años, porque en mi casa siempre fue un tabú el tema de la adopción.

A mí no me gusta mucho hablar de los derechos, yo escuchaba a un periodista que hablaba de eso y me escuchaba a mí: porque me dicen y vos tenes derechos. La palabra la respeto y me encanta pero eso más que un derecho es una necesidad, te surge de adentro. Porque esta palabra a lo mejor me puede llevar a que el estado me ayude, me dé una mano porque si fuese hija de la dictadura, tendría más posibilidades. Al nacer en el año 71 no.  Decidí hace dos años enfrentar a mi mama, yo soy de Pergamino, le dije que quería conocer mis orígenes. Se que cae como un balde de agua fría. Como hija yo no estoy buscando amor ni familia, busco una identidad. Yo tengo hijos y quizás más lo necesitas y andan por la calle y pueden cruzarse porque pueden ser de Colón mis familiares.

A mi mamá le costó un año contarme, mi hija de 23 años también quiere saber. Charlamos las tres. Para mi mamá fue terrible pero me dijo que no sabía nada. Pero hablé con una tía y me dijo que fue un 19 de octubre (del 71) que me dieron, a mí me anotaron un 28 de octubre y que era una familia “de bien” de Colón que me entregó.

En ese momento no sabía si quería volver a Colón, porque no sabía si me iba a cruzar con mi mamá, un hermano, un tío. O a lo mejor ya se fueron porque si mi mamá tiene los genes míos seguramente ante no haber podido criara a su hija, a lo mejor no quiso venir más a Colón. A lo mejor se fue”.

Los secretos de familia en general se hace un círculo de silencio…

“Todos te dicen, “para que buscar, así estas bien” Yo cuando empecé estaba descolocada. Me costó. No hice terapia. Cuando empecé a involucrarme en los grupos de búsqueda me aconsejaron hacer terapia pero yo dije que iba a salir con la fe de Dios, me costó. Empecé a golpear puertas, dije como arranco. Yo soy nacida en el año 71 así que empecé a buscar clase 71 de la escuela Santa Martha y empecé a descartar. Cautelosamente, porque no quiero interferir en la vida del otro. Mi mama era una adolescente. Entre 17 y 18 años. Hoy es una mujer de 65 o 66 años. Yo tengo 46 años. Era una adolescente porque yo después me contacto con una tía, porque en la familia nadie sabe nada ni se acuerda, los trámites los hizo mi abuelo y el falleció, entonces es como que yo no tengo a quien golpear puertas. Entonces empecé a investigar. Empecé con las promociones 71 y 70. Estoy en la 69, la abandoné por la mitad porque me fui a la 68 de Santa Martha donde hay una mezcla de chicas egresadas de 16, 18 y 19 años. Me prestaron las fotos. Ahora voy a arrancar con la Escuela Nacional. A veces hago un parate porque uno tiene una vida, tuve que aprender a esperar. Y creo que las cosas tienen que pasar cuando deban pasar. Quizás hace unos años no estaba preparada espiritualmente

Hoy me siento preparada hasta para un no, no busco una aceptación del otro lado ni reconocimiento, busco saber la verdad. Quizás esa persona también fue madre, tiene una familia, quizás lo ocultó.

Mi mama me pide perdón todo el tiempo porque no se acuerda de nada, yo le creo, porque confió plenamente en lo que me dicen.

He golpeado muchas puertas, incluso la del doctor Soriano, quien me firmó la partida de nacimiento. Se murió en diciembre pero decía que no recordaba. Golpee puertas de parteras pero algunas me cerraron la puerta en la cara, te sentís como engañada.

A raíz de esta tía mayor que más datos me dio, me contó que el doctor Soriano, que era íntimo amigo de la familia, cuando mi mama llega a esa clínica, que era como “pan caliente”, los chicos salían todos los días, venta, abortos, era algo común.

Mi mama estuvo internada su último mes de embarazo. Él lo sabía. Mi abuela acompaño a mi mamá ese mes internada, es una familia de bien. La chica era morocha, flaquita, alta, como vos. Parecía que me describía. Sabían que conmigo no iban a tener “problemas” porque era una familia de “bien”.

Si a vos te internan un mes en una clínica, eso lo tenes que pagar, o bien tenes poder para tener a mi hija un mes en esa clínica. Yo no siento rencor. Una persona joven, tener en el vientre un bebe, lo tenés y lo entregas y nunca más vas a saber de ese chico… pero nunca vas a olvidarte que ese día de octubre vos pariste un bebe. Cada fecha sabe que sabe que tiene oro hijo.

Ojalá algún día mi mama me lea o escuche lo que siento yo y que necesito, que no es amor, ni herencia, firmaría un contrato diciendo que nunca voy a pedir nada a cambio pero necesito cerrar una historia y decir mi mama y mi papa fueron estos, de acá vengo.

Hace muchos años me hice un tatuaje, un pescado. El pescado es el 19, vos me preguntas un número y yo elegí siempre el 19 como de suerte. Aparentemente yo nací un 19 de octubre.

Soy muy devota de la Virgen de San Nicolás, cuando mi mama me dice puede ser de Colón o de San Nicolás, son los únicos dos lugares donde soy feliz. Yo pasé mi infancia en Colón, en la casa de mi tía.

Yo el no ya lo tengo, pero voy a seguir con esa búsqueda. Mi mama me dio la vida, no me importa si ella no me pudo criar, la obligaron o no me quiso.

Si fuese de San Nicolás me hubieran tenido allá porque en esa época ahí había sanatorios. En cambio acá todos iban a parir a Pergamino. No me interesa hacer nada legal pero hay una causa en San Nicolás porque en ese momento las señoras Ines de Boffa, la dueña de la clínica,  fue procesada. Estuvo presa. Si hubo denuncias, es porque hubo denunciantes y personas damnificadas, se los sacaron sin su consentimiento, se lo robaron o les decían que nacían muertos y después los vendían. Hay de 3 a 5 millones de personas que no conocen su origen.

Me contacte con millones de grupos y con gente de derechos humanos. Me hice un ADN en Estados Unidos porque en Rosario hay un grupo que se llama “Primera Página”, que nos ayuda con el tema genealógico. Yo todavía no tengo compatibilidad. Pero por ahí surge un primo cuarto y es un inicio. Los primeros que me abrieron la puerta son la gente de derechos humanos en Rosario.

La terapia que necesito es juntarme con gente que vivió esto. Me gusta relacionarme con esta gente para ver si soy la única que siente estas sensaciones. También puede ser que sea de Santa Fe, del campo, de esta zona. Yo tomé una cita con los Derechos Humanos, en la ex ESMA, por la provincia de Buenos Aires, pero la atención fue muy mala. Me omó nota en un papelito, yo pensé que lo iba a tirar apenas me vaya. No me dieron ninguna constancia. Hasta me dijeron: “No quiere decir que con esto e vamos a solucionar algo”