(Por Victor Calvigioni) Uno de los episodios de avistamiento en nuestro Distrito ocurrió a mediados de marzo de 1999. Cuatro jóvenes que se encontraban pescando avistaron un OVNI (Objeto Volador No Identificado). La múltiple observación se realizó en cercanías del paraje denominado “El Triángulo”. Los adolescentes vieron un objeto volador no identificado y uno de ellos en presencia de sus padres relató la vivencia a este periodista
La tarde estaba en calma y había buena visibilidad. En el horizonte se posaban una línea de nubes grises cargadas de agua. Los adolescentes y niños se hallaban en el predio bautizado Video Club “La Quinta” situada en cercanías de “El Triángulo”.
En el lugar se encontraban cuatro niños. La primera que avistó el objeto desconocido fue Romina, de seis años de edad. La menor estaba junto a Lucas Matías que por ese entonces tenía 16 años. La nena señaló el horizonte con el dedo índice e indicó: “Mira un barrilete”. Su compañero le contestó: “Es demasiado grande”.
En cercanías de la casa se encontraban Yamila y Lucas de 11 y 12 años respectivamente.
Según el relato de Lucas «el objeto en un primer momento parecía una bandada de pájaros pero cuando se fue acercando hacia nosotros, el sol hacía brillar a una especie de disco que giraba a mucha velocidad».
El adolescente agregó que “en un primer momento no lo podíamos creer pero era como un plato invertido y los rayos de sol parecían traspasar al material».
Los datos
El avistamiento duró cinco minutos. Según el adolescente al llegar a su casa ubicada en calle 13 del barrio Belgrano, contó la experiencia a su familia. Este periodista al enterarse de la situación entrevistó a Lucas y el adolescente delante de sus padres repitió como ocurrieron los sucesos. En el relato existen dos puntos en común con otras experiencias de avistamientos comprobados en distintos lugares del mundo. El primero tiene que ver con la presencia de los OVNIS en cercanías de fuentes de electricidad.
El joven nos dijo:“ No puedo calcular la distancia que estaba el objeto, pero pude observar que se trasladaba en forma paralela a los cables de electricidad”. Añadió “ El movimiento era lento, parecía como si fuera transparente y por momentos tenía un gran brillo. En los espacios y tiempos de mayor brillantez se podía observar como giraba rápidamente. La distancia no la pude calcular pero no me cabe dudas de que se trataba de un objeto muy grande”.
Le preguntamos si estaban asustados y contestó: “Estábamos asombrados”. El segundo punto en común que tuvo la observación con otros relatos de experiencias similares es la existencia de agua en el lugar donde aparecen estos denominados “platos voladores”.
Matías nos contó : “ El objeto se trasladaba por detrás de El Triángulo y se dirigió hacia la parte del puente Santamarina, aunque a bastante distancia, luego enfiló hacia el lado de los que sería Sarasa y se perdió a gran velocidad en los nubarrones que había en ese momento en el horizonte”.
Sin contradicciones
Como periodista hice que se repitiera nuevamente el relato de la experiencia y no hubo contradicciones: “ Lo que más nos llamaba la atención era que parecía traslucido y como se trasladaba, parecía que flotaba”. El adolescente agregó “ no tuve miedo pero si ansiedad, al llegar a mi casa lo primero que hice se lo conté a mis padres, seguramente habrá gente que no va a creer pero realmente estoy diciendo la verdad”.
Los progenitores además relataron la excitación que tenía el adolescente a su llegada a la vivienda luego de vivir esa experiencia tan misteriosa.
Otro caso
Sin embargo faltaba algo más en esta historia. En jornadas anteriores habíamos llegado a otros jóvenes que realizaron un relato similar. En esa experiencia creímos que faltaban pruebas para publicarlo y podría deberse a un fenómeno atmosférico. En este sentido los hechos relatados fueron vividos por Gustavo A.
El adolescente se encontraba pescando a poco más de doscientos metros del puente Santamarina. El pasatiempo era compartido con un amigo. Ambos muchachos llegando al atardecer observaron como si fuera una nube oscura que se acercaba en dirección al arroyo y que giraba rápidamente. El susto les ganó la partida y al comprobar que el avistamiento seguía, tomaron sus bicicletas y regresaron a sus casas.
Los relatos son creíbles y no tiene ninguna relación entre ambos. Los lectores podrán creer o no, pero de algo estamos seguros. Los adolescentes nunca hubo contradicciones en lo vivieron o sintieron.
La extensión del fenómeno OVNI.
La zona de Colón no es muy propensa a estas observaciones, pero en las décadas del sesenta hasta los noventa se habló mucho de posibles avistamientos. En algunas ocasiones los que avistaron los objetos no quisieron dar testimonios para que no “pensaran que estaban locos”. En este sentido sabemos que existieron otros dos casos en cercanías del denominado “Puente del Hospital”. La experiencia ocurrió hace más de 15 años y por extraña paradoja eran dos pescadores de 18 años de edad que nunca olvidarán lo observado. Según el relato la aparición se concretó de madrugada y la intensa luz que medía como dos metros se posó sobre las aguas del canal por una extensión de cinco minutos para luego despegar y perderse en el cielo.
En Sarasa
En la década del 60, tomó estado público un caso que sucedió en un campo cercano a Sarasa. Una mañana en el predio de la familia Cavalero apareció un gran círculo de pasto quemado. La noticia rápidamente llegó a la ciudad y fueron muchos los colonenses que se trasladaron a esa extensión agropecuaria
La polémica se desató. Muchas de las personas que observaron la quemazón creían que el círculo quemado era la huella dejada por un plato volador, y afirmaban que era imposible lograr una circunferencia tan exacta apelando a algún tipo de combustible. Además por los rastros dejados incluso bajo la tierra del sitio eran concluyentes y se observaba que la tierra había sido expuesta a muy altas temperaturas. Los detractores de los “platos voladores” argumentaban que se trataba de una “broma pesada” organizada por algún empleado del lugar. La situación no pudo ser aclarada y el círculo quemado paso a ser otros de los misterios sin develar. La foto del círculo recorrió el pueblo.
La mitología
El fenómeno OVNIS es parte de los mayores misterios que tiene la humanidad. Los contactos se dividen según la experiencia en primer, segundo y tercer tipo. Los jóvenes colonenses solo tuvieron un contacto de primer tipo debido a que solo divisaron un objeto volador no identificado.
Las experiencias donde se observa un presunto extraterrestre son de segundo tipo y la de tercer tipo es cuando existe el contacto físico y se intercambian un dialogo.
En la región en el año 1985, tomó estado público a nivel nacional la aparición de enanitos verdes en la ciudad de Pergamino. Las personas que lo observaron relataron su experiencia a decenas de revistas y programas de televisión de aquella época.
En un momento circularon fotos de la experiencia pero no hubo un dictamen contundente sobre si eran fraguadas o no.
Según los entendidos el fenómeno producido en la vecina ciudad no tuvo que ver con el denominado fenómeno OVNI, si no con apariciones de estos enanos que pueden tener diversos colores y que en otras partes del mundo gozan de gran creencia como Inglaterra, Irlanda y Alemania y donde son denominados Gnomos. (Foto El Economista)