La foto vale más que mil palabras. En el atardecer del lunes en boulevard 17, se ve a un joven (sería menor) tirado sobre el asiento de su moto (para evitar que el viento lo frene) poniendo los cambios con la mano y con una muy mala visibilidad por la posición.
El pequeño vehículo recorre la cinta asfáltica a toda velocidad.
El peligro es mucho, porque muy cerca pasan los autos. El accionar es una verdadera ruleta rusa sobre ruedas que ya costó varias vidas en nuestra ciudad.
La práctica no es nueva. Podemos hablar de más de una década que la escena se repite en las narices del Palacio Municipal. Nadie parece atinar de buscar un remedio eficaz al fenómeno que copa el espacio público, atemorizan a los transeúntes, ponen los pelos de punta a los ocasionales automovilistas. Sin embargo, la preocupación es otra: se gastan millones de pesos en un sistema de Cámara de Seguridad ¿Por qué?.