(Por Victor Calvigioni)Un hombre llegó de las tinieblas del mundo del delito a nuestra ciudad. En los primeros momentos no se sabía dónde provenía. Un servicio de inteligencia comenzó las averiguaciones. Se trataba de un individuo que había llegado de la zona de Venado Tuerto y se especializaba en “ordenar” el narcomenudeo en una localidad. Según decían hombres de su “palo” era su principal virtud.
En su pueblo natal estaba divorciado y tenía una hija de 12 años al cual todas las semanas se comunicaba desde una cabina telefónica que existía en calle 22 entre 47 y 48 (Frente al Bapro). Para permanecer en la localidad alquiló la habitación 202 de un hotel céntrico. Sin embargo poco le duraría estar invisible en una sociedad que desarrollaba sus tareas con normalidad. Una fotografía tomada cuando salía rutinariamente cada mañana a caminar por los alrededores de plaza Mitre fue el puntapié inicial. Se supo que se trataba de Juan José Ríos, alias “El Pampeano” o el “El herniado”.
Las fuerzas del orden rápidamente lo investigaron. La Policía antinarcótico al mando de Horacio Oldani, secretario del Fiscal Dr. Juan Andrés Gracia, realizaron a mediados de 2006, dos allanamientos en una casa del barrio Barracas (vivía Ariel García) y en una casa quinta cercana al barrio “Sol de Mayo”. En las dos viviendas, los agentes secuestraron bagullos de marihuana listos para comercializar y un arma de fuego por tenencia ilegal.
En la quinta, ubicada camino a la Escuela Nº 14, los agentes detuvieron a una persona que tenía pedido de captura desde hacía dos meses, emanada del Juzgado de Garantías Nº 1 de Pergamino a cargo del Dr. Cesar Solasi. El detenido resultó ser Juan José Ríos.
Por los delitos cometidos pasados los meses quedó en libertad. Pero volvió a las andanzas. Se enamoró de una joven. Pero al no ser correspondido raptó a la chica a la salida de una confitería y la arrojo de un auto en marcha tras una fuerte discusión y forcejeos para recuperar la libertad. El propio intendente Ricardo Casi presentó la denuncia junto a la madre en Pergamino. El “Pampeano” quedó nuevamente en prisión.
Delitos concatenados
En uno de los allanamientos por los policías realizados tras las denuncias del rapto y en una vivienda en cercanías de calle 54 y 9, apareció «Silvia» una prostituta caída (escapada de un cabaret de Santa Fe) y que había declarado en una causa judicial por la muerte de José «King Kong» Espindola, fusilado sin miramientos con un escopetazo en su vivienda de calle 21 y 60. El hecho aconteció un sábado por la madrugada en el año 2003. El homicidio nunca fue aclarado.
La prostituta Silvia que habría tenido domicilio en la ciudad de San Nicolás habría declarado en la causa judicial abierta que esa noche en una camioneta 4×4, color blanca, llegaron dos individuos que la subieron al vehículo y se dirigieron a la casa de «King Kong» lo llamaron (habría sido a altas horas de la madrugada) y lo fusilaron. Los hombres le habrían dicho a la mujer «para que nadie proteja a las personas que escapan».
La prisión y el escape
El Juez de Garantías Cesar Solazzi lo envió al “Pampeano” a cumplir la condena en un geriatrico. A los tres días se escapó.
Se había fugado, el viernes 27 de octubre de 2006, cuando se hallaba cumpliendo una prisión preventiva morigerada con arresto domiciliario
El “Pampeano” estaba imputado de privación ilegal de la libertad, amenazas, venta al menudeo de estupefacientes en concurso real según los artículos 142 inciso 1º y 55 del Código Penal y artículo 5 inciso “C” de la ley de estupefacientes 23.737.
Los servicios tras el delincuente
En ese momento los alertas por el escape corrieron en los servicios de seguridad. En Colón habría estado un grupo especial buscando a Ríos. El mismo habría sido enviado por el propio ex Ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian.
Pero los agentes de Inteligencia lograron saber que se dirigió a la terminal de Rosario, y de allí en un ómnibus de línea se refugió en una casa de un amigo relacionado a la venta de muebles. El tiempo pasó. La causa se enfrió. El “Herniado” se animó a viajar a la provincia de La Pampa donde se operó una clínica privada de las dos hernias que sufría. Su talón de Aquiles era comunicarse con su hija. Nuevamente se retomó su pista.
Una vez recuperado regresó a su pueblo natal, Lazarino, provincia de Santa Fe.
Sin embargo la policía estaba tras sus pasos y había vuelto a sus andanzas de comercializar cocaína. En ese momento, se habría tratado de probar el transporte de estupefacientes con hombres que estaban “marcados en Hughes y Wheelwright.
El procedimiento llevado a cabo en el sur de Santa Fe fue fruto de una serie de medidas que incluyeron solicitud de información a la Central de Información del Crimen Organizado , cruzamiento de llamadas, seguimientos, pesquisas, tareas de reunión de información en toda la zona de posible movimiento del prófugo.
Las tareas del grupo de inteligencia pudo determinar la existencia de una hermana del imputado Ríos, domiciliada en Chubut al 600 de Rufino y del padre que habitaba una vivienda en la calle San Jerónimo de la misma ciudad.
En la última casa de acuerdo a la información reunida, se encontraba oculto Juan José Ríos .
Una vez localizado, personal policial diligenció un exhorto librado por el Juez de Garantías de Pergamino, Cesar Solazi.
Los pesquisas realizaron una serie de allanamientos, logrando la detención de Ríos y el secuestro de un arma de fuego, teléfonos celulares y elementos de interés para la causa. En el operativo participaron el Inspector Alberto Di Prinzio, el Teniente Javier Giménez, Sargento Dardo Paz y los oficiales Leandro Muzio y Daniela Troya.
El expediente
Juan José Ríos, era un sujeto de altísima peligrosidad y contaba con antecedentes penales por delitos de la modalidad secuestros extorsivos, piratería del asfalto, asalto a entidades crediticias y camiones de caudales, falsificación de monedas, formando parte de las bandas que ha asolado durante años el norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe, La Pampa y Córdoba.
En Colón, aunque vivió un año no tuvo trabajo fijo, y se lo veía recorrer lo bares céntricos y dar varias vueltas caminando alrededor de Plaza Mitre. En ese año se presume que organizó una cadena de ventas de estupefacientes. Sus antecedentes antes de la “venida” a Colón eran amplios tenía una causa judicial en Casilda, Santa Fe, por robo calificado.
Un tercer informe provenía de Trenque Lauquen y donde Ríos estába acusado por robo simple, en concurso real y hurto simple.
Lo último que me informaron es que había muerto en la cárcel ¿Murió?(Foto Cadenaser.Com)