(Por Victor Calvigioni)La sentencia fue expedida en los Tribunales Federales de Rosario en el año 2014. En este sentido, dos ciudadanos de origen boliviano abusaron sexualmente de dos jóvenes traídas de su país de origen a una tienda céntrica.
Las mujeres víctimas vivían en condiciones deplorables. Una colonense que fue a comprar prendas de vestir, denunció el caso en la Comisaria local, luego que las víctimas pidieran auxilio
La sentencia
El acuerdo de la Cámara Federal Nº 2 de Rosario sentenció a Erwin Erardo Capuma Ródriguez de 27 años de edad y a Jossue Capuma Ródriguez de 22 años de edad y de apodo «Joel» que trabajaban en el local comercial «Tienda Ródriguez» ubicada en calle 47 entre 21 y 22 a una pena de 10 años y 12 años de prisión como mínima respectivamente.
La resolución abarca a Erwin Capuma Rodriguez, en concurso real con la figura de abuso sexual con acceso carnal, contra una menor de dieciocho años, aprovechando la situación de convivencia preexistente con el mismo, respecto de «A.V.S» y «M.B.C», en concurso real dos hechos, en ambos casos, en calidad de autor. En lo atinente al otro acusado, Jossué Capuma Rodriguez, se le imputó también, en concurso real con la figura abuso sexual simple, en ambos casos en calidad de autor.
La tienda
El comercio tenía un amplio salón de ventas. El local estaba vidriado al frente (calle 47), con varios vestidores y sobre el final del salón (de forma rectangular) había una cortina que separaba la parte comercial con una «vivienda».
Allí detrás, había unos colchones tirados en el piso, y sobre la derecha, un pequeño cuartito, con un colchón también en el piso. El lugar cuando fue allanado se encontró que había ropa, valijas y sábanas revueltas por todos lados.
Respecto del baño era tipo vestuario con bolsas de ropa en su interior y no tenía ducha. Las autoridades judiciales encontraron un patio, donde había un anafe, bolsas de papas, pollos y comida
Las actuaciones
Las actuaciones judiciales comenzaron el 5 de marzo de 2011,cuando una mujer al cual solo identificaremos por sus nombre de «María Alejandra», se presentó en la Estación Comunal de Policía de Colón, dando a conocer al personal policial que en horas de la mañana concurrió al local comercial, siendo atendida por dos mujeres menores de edad a las que notó muy nerviosas y asustadas, ante ello, les preguntó si les pasaba algo.
Las dos menores contestaron que una mujer las había traído desde Bolivia para trabajar y que «los muchachos eran muy toquetones» . El relato siguió cuando denunciaron que a una de ellas la habían forzado a tener relaciones sexuales y, finalmente le pidieron, llorando, ayuda.
En forma inmediata «María Alejandra» se dirigió a otro comercio ubicado en calle 47 entre 20 y 21 , cuyos propietarios son también de nacionalidad boliviana, donde se entrevistó con una señora de nombre Zulma y le contó lo que las chicas del local comercial le habían dicho. Quedaron en encontrarse a las 13.00 en la cafetería ubicada enfrente del local donde trabajaban las menores, a fin de ayudarlas.
En virtud de lo denunciado los policías mantuvieron comunicación telefónica con Susana Gandolfo -Secretaria de la Unidad Funcional de Instrucción Descentralizada de Colón-, quien previa consulta al fiscal en turno, ordenó buscar a las menores a fin de recepcionarles declaración testimonial.
Al llegar al lugar de los hechos, encontró dentro del local comercial a dos señoritas identificadas luego como «M. B. C». (de 16 años de edad) y «A. V. S». (de 15 años de edad) y una persona de sexo masculino, quien refirió ser Erwin Capuma Rodriguez.
Todos ellos fueron trasladados a la sede de la Fiscalía enn ese momento ubicada en calle 51 entre 17 y 18.
Asimismo, ese mismo día -aproximadamente a las 13.20, nuevamente personal policial de la Estación Comunal de Colón se presentó en el local comercial a fin de buscar a una de las víctimas que allí habría quedado y, en la vereda del mismo, encontró a dos mujeres, Zulma Jeita Mendoza y «L. I. M. P». (de 18 años de edad), y a un hombre, identificado luego como Jossue Capuma Rodriguez, todos de nacionalidad Boliviana, forcejeando entre ellos.
Al preguntar el Oficial identificado como José Berutti quién era la empleada del local, «L.I.M.P.» contestó que era ella, motivo por el cual fue trasladada también a la Fiscalía Descentralizada a fin de que preste declaración testimonial. De las declaraciones de «L.I.M.P», Zulma Jeita y Jose Berutti, se desprende que Zulma quiso llevarse a «L.I.M.P» y que el imputado Jossue Capuma intentaba retenerla y evitar el contacto entre las mismas, cuando llegó el personal policial y trasladó a todos los nombrados a la Fiscalía de Colón.
En la sede de dicha Fiscalía prestaron declaración testimonial «L.I.M.P.», Zulma Mendoza y «M.B.C.» , luego de lo cual, la Agente Fiscal le tomó declaración a las dos víctimas.
Una vez realizado el trámite se ordenó el allanamiento de la tienda. El mismo se realizó el 5 de marzo del año 2011 a las 19.45 y se procedió al secuestro de los siguientes elementos: seis cédulas de identidad de la República de Bolivia (a nombre de Laura Ibarra, «A. V. S»., «L. I. M. P.», Leny Mery Parra Bravo y de los dos imputados), una billetera de color negro que contenía el pasaporte -y otros documentos personales- de Nina Eva Rodriguez, pasaporte y documentos personales de Erwin Capuma Rodriguez, álbum de fotos y fotos sueltas, constancias de giro de dinero al exterior. Seis pasajes de la empresa Chevallier con fecha 26 de febrero de 2011 de Retiro a Colón, a nombre de Hilda Payna, Leny Bravo, Laura Ibarra, Euloteria Peña, Eva Rodriguez Y «L. P»., dos boletos de La Preferida BUS BOLIVIANA a nombre de Rodriguez Nina con sellado fecha 25 de febrero de 2011 de la Dirección General de Migraciones de Bolivia y otro de igual fecha a nombre de Laura ibarra, una tarjeta que dice AGENCIA DE EMPLEOS ORIENTAL con un número telefónico atrás y el nombre Rocío, una tarjeta de ANSES a nombre de Juana Orfelia Olmedo, un contrato de locación entre Nina Eva Rodriguez y Juan Carlos Vigani, un número de cuenta del Banco Nación Argentina y, dentro de una valija una caja de madera cerrada en la cual -una vez forzada la cerradura- se halló la cantidad de pesos cuarenta y nueve mil ($ 49.000), tres llaves y un papel con la anotación 27 de febrero de 2011.
Las declaraciones de las víctimas
Una de las víctimas «L.I.M.P.» dijo que antes de llegar a Colón vivía en Santa Cruz de la Sierra, República de Bolivia, y que allí, fue a una agencia de empleo denominada «La Confianza», ubicada en Avenida Cañoto a dos cuadras del mercado «La Ramada». Que fue con su hermana Carina de 17 años. Que en la agencia una mujer les ofreció empleo en la Argentina, les dijo que les iban a pagar muy bien y las contactó con una mujer llamada Eva Rodriguez. Luego, firmaron un contrato entre el dueño de la agencia, Eva, ella y su hermana, para trabajar por el término de seis meses en un local de venta de ropas, con un sueldo de doscientos dólares.
Refirió «L.I.M.P» que les sacaron fotografías y le extrajeron huellas del pulgar, y que en ese momento la Sra. Eva pagó ciento cincuenta (150) bolivianos por cada una de ellas.
Recordó «L.I.M.P» que luego de firmar el contrato se fueron a la casa de la Sra. Eva, que su hermana se asustó porque era menor de edad y la nombrada le había dicho que para pasar a la Argentina iban a comprar documentos falsos, por lo que quiso irse. Entonces Eva les dijo que si no querían viajar debían devolverle la plata que había pagado a la agencia y la que había gastado en los pasajes, que para liberar a su hermana, «L.I.M.P» se comprometió a hacerse cargo de esos gastos. Que ella estuvo dos semanas en lo de Eva y su hermana una sola.
Contó que allí hacía la comida y salía con Eva a buscar otras chicas en las agencias de empleo que quedan todas en la misma zona. Que pasadas esas dos semanas, viajó con Eva y cuatro chicas más a la Argentina, en colectivo. Que a Buenos Aires llegaron el día sábado 26 de febrero, y ese mismo día viajaron también en colectivo a Colón, que llegaron a la tienda tipo once de la noche, que este último viaje lo hicieron a través de la empresa Chevallier. Que al otro día llegó la hija de Eva con su marido, buscaron a dos de las chicas que viajaron con ella y de las que desconocía sus nombres y se fueron junto con Eva a Mendoza, y que en la tienda se quedaron ella, M. y A. (M.B.C y A.V.S).
La menor declaró que la tienda estaba en el centro pero que no sabía bien la dirección porque nunca había salido a la calle sola, ya que los hijos de Eva, Jossué de 18 años y Erwin de 23 se lo tenían prohibido. Describió el local comercial y manifestó que los cinco vivían detrás de la tienda, que si bien había baño no tenía ducha por lo que se bañaban en el patio, con agua fría y un balde. Que Erwin y Jossue les dijeron que si les preguntaban algo dijeran que eran familiares de ellos. El comerciante Erwin dormía en un cuartito solo y que había dos colchones tirados en el piso, en uno dormía ella con Jossue, en el otro A.V.S con M.B.C. Relató que Jossue y Erwin las manoseaban todas las noches que se les tiraban encima todo el tiempo «les tocaban sus pechos, la cola» y agregó que a ella el primero de los nombrados le decía «que se la chu…», pero que nunca lo hizo.
Recordó que Erwin siempre metía a una de las chicas en su pieza y que luego de eso, las encontraba llorando.
Una noche infernal
La adolescente rememoró que la noche anterior al 5 de marzo , Erwin metió a «A.V.S» a su habitación mientras ella dormía, que Jossue había salido, y que a eso de las tres de la mañana escuchó que «A.V.S» gritaba «levanta», «levanta», que «M.B.C» intentó entrar en la habitación de Erwin, que al principio no pudo abrir la puerta, que escuchaba gemidos y cuando lo logró vio que Erwin estaba arriba de «A.V.S», que estaban desnudos y le preguntó que le estaba haciendo a “A.V.S”, que éste le dijo «cerrá la puerta». Que «A.V.S» pasó toda la noche llorando y gritando «M.» y que parecía como que Erwin le tapaba la boca. Declaró que alrededor de las cinco de la mañana, «M.B.C» entró en la habitación y se llevó a «A.V.S». Que Erwin molestaba más a M.B C y a «A.V.S», y Jossue a ella.
Que al día siguiente «A.V.S» le dijo que Erwin la había violado y que había sangrado. Relató que como no podían llamar a la policía le dijeron a Erwin que necesitaban comprar pan, él la acompañó y «M.B.C» aprovechó para pedirle ayuda a una clienta. Que luego vino una señora y se llevó a M.B.C a A.V S y a Erwin, que ella se quedó hasta que llegó Jossue, éste le ordenó que cerrara todo y cuando llegó otra mujer a la tienda le dijo que se esconda que se fuera para el fondo, la agarró del brazo y la arrastró hacia adentro, que la mujer insistía en que le abrieran, que ella se asomó y cuando vio a la mujer afuera del negocio empezó a forcejear con Jossue para que le diera la llave y poder salir a hablar con ella, que finalmente Jossue abrió la puerta y cuando salió a la calle la mujer la tironeaba de un brazo para llevarla y Jossue del otro, que en ese momento llegó la policía al local.
Las declaraciones de la menor
Al declarar «M. B. C». mediante Cámara Gesell manifestó que tenía 15 años y que fue al colegio hasta cuarto grado, que nació en Azurdui, que vivía allí con sus papás y diez hermanos. Que trabajó desde los once años, en la cocina de una pensión en la que además vivía. Que una día fue con su prima “A.V.S.” a una agencia de empleo en la Ramada y una señora las contactó con Eva, quién les dijo que iban a trabajar en una tienda en la Argentina y que les iban a pagar doscientos dólares (U$S 200).
Que ellas se fueron a vivir a la casa de la Sra. Eva, estuvieron tres días allí, siempre encerradas, no las dejaban salir. Contó que después se asustaron, no querían viajar, llamaron a la agencia para que las cambiaran con otras chicas, a lo que la dueña de la agencia les dijo que no había problemas, pero la Sra. Eva no las dejó irse porque le debían plata por el contrato y el pasaje. Que ella tenía miedo, no quería viajar porque era lejos y que además como era menor de edad la Sra. Eva había «comprado un carnet» para venir a la Argentina, haciendo alusión a los documentos o cédulas de identidad falsos.
Recordó que en la casa de doña Eva estaba también «L.I.M.P» que quería venir a la Argentina y dos chicas más. Que cuando llegaron a la frontera un gendarme le dijo que el carnet no era de ella, que ella le dijo que sí, y luego el gendarme le dijo que no pasara que se iba a arrepentir y le dio su número de teléfono para que cualquier cosa lo llamara. Contó que llegaron las cinco a Colón, que ellas tres (L.I.M.P, A.V.S y ella) se quedaron en el negocio con los hijos de Eva y que al día siguiente la hija de Eva se fue con su mamá y las otras dos chicas para Mendoza donde tendrían otro local comercial.
Dijo que estuvieron cinco días viviendo en la tienda, junto a Jossue, de 18 años, y a Erwin de 23. Declaró «que los chicos empezaron a portarse mal, que las molestaban». Dijo que el negocio abría tipo 8.00 hs, cerraban a las 13:00 hs hasta las 17:00 hs y después trabajaban hasta las 22:00 hs de la noche, todos los días, incluso fines de semana. Que salió una sola vez a hacer las compras con Erwin. Que ellas cocinaban y que comían una vez al día, al mediodía. Que como en el baño no había ducha, se bañaban con baldes. Dijo que Erwin tenía un cuarto aparte, que ella dormía en un colchón con A.V.S y que L.I.M.P. dormía en otro colchón con Jossue.
La encerraba con llave
Dijo que Erwin la llamaba para que limpie su cuarto, y la encerraba con llave, le tapaba la boca con un trapo, le agarraba las manos y le sacaba la pollera. Relató lo sucedido la noche en que Erwin abusó de «A.V.S»., dijo que ella escuchó los gritos de ella llamándola «M.», «M.» y que cuando pudo entrar a la pieza vio a Erwin sin pantalón con remera y a A.V.S desnuda también con la remera puesta y que éste le dijo «cerrá la puerta». Que al día siguiente le dijo a A.V.S «hay que denunciar a este chico, hay que pedir ayuda», que aprovecharon que Erwin se fue a la tienda con «L.I.M.P» y que Jossue no estaba, para pedir ayuda. Que entró una señora y le dijeron lo que había pasado, que siempre se quedaba alguno de ellos en la tienda, que no las dejaban nunca solas, salvo esa vez.
Se advierte entre timidez y desconfianza en su relato. Sólo utiliza el término violación para referirse a lo que le sucedió a A y no a lo vivido por ella, a su propia experiencia. Respecto de su relato, la profesional que le tomó declaración en la Cámara Gesell dijo que no hubo elementos que evidenciaran que lo dicho pudiera ser mendaz o fabulado, que su discurso es consistente dentro de su nivel de escolaridad, que si bien costaba armar el testimonio el discurso tenía características de flexibilidad -iba cambiando los tiempos en su relato yendo del pasado al presente y siguió siempre el hilo del mismo-. Expresó que había coherencia lógica, que se trataba de una nena ubicada en objeto de maltrato, muy sumisa, ubicada siempre en una relación con el otro en marcada disparidad, de sometimiento por su propia historia y nivel cultural. Si conforme los dichos de M.B.C, los nombres de las dos chicas que luego se fueron a Mendoza eran Hilda y Eleuteria, está claro que los pasajes de A.V.S y de M.B.C eran los que figuraban a nombre de Leny Bravo y de Laura Ibarra, dado que es indiscutible que a esta altura viajaron las seis juntas.
Continuando con lo relatado por «M.B.C» en aquella oportunidad, declaró que en la casa de doña Eva, en Bolivia, el hijo las controlaba todo el tiempo y que dormían todas juntas en colchones tirados en el piso y que llegaron a Buenos Aires a las tres de la tarde del día 26 de febrero de 2011 y que a Colón llegaron alrededor de las once de la noche. Refirió también que ella no tenía documentación sólo un certificado que se lo había quedado «Doña Eva».
En esa declaración manifestó «desde el primer día que llegamos a este lugar, que no sé qué pueblo es, Jossue y Erwin nos han estado tocando los pechos y las vaginas a las tres. Que cuando estábamos vendiendo, atendiendo a la gente, ellos nos abrazaban, yo tenía miedo. Que yo tengo teléfono pero como no hay antena estoy incomunicada con mi familia, que no sabe que estoy en la Argentina». La chica avergonzada finalmente declaró «yo también tuve relaciones con Erwin, no dije nada porque me dio mucha vergüenza».