(Por Victor Calvigioni) El 28 de abril de 2000, realizamos una investigación sobre dos supermercados que se habían instalados en Colón. Son los casos paradigmáticos de los comercios Delta perteneciente a la sociedad Frimin S.A y Supermas con origen en Supermaket S.A.
Ambos tenían una decena de locales distribuidos en distintas provincias. Las ganancias para los “estafadores” fueron millonarias, y a nuestra ciudad le costó grandes pérdidas económicas y hasta vidas.
Supermas S.A
El supermercado “Supermas” ubicado en calle 20 entre 48 y 49 (donde se ubica actualmente “La Anónima”) fue fundado con 12 mil acciones con un valor de un peso cada una. Las mismas fueron puestas: 11760 a nombre de una empresa fantasma con domicilio en Montevideo, Uruguay y 240 a nombre de los hermanos Furlone.
El total de lo que se presume se llevaron a las cuentas bancarias fuera del país fue de 20 millones de pesos. (En ese momento dólares)
La quiebra de la empresa fue decretada el 21 de marzo de 2000.
Se estima que las deudas que contrajeron en su corto funcionamiento (con amparo de sectores de Poder) llegó a los cinco millones de dólares.
En el año l996 la firma Supermaket S.A se instalada en 48 y 20. Se trataba de una firma fantasma que movió millones de pesos y lograron crear una gran ilusión.
En su capital inicial tenían 12 mil acciones por un valor de un peso cada una. Solamente 240 acciones estaban a nombre de la fachada legal: los hermanos Furlone, las restantes 11760 estaban bajo nominación de una firma fantasma con domicilio en Montevideo, Uruguay y de dudosa conformación. Nunca pudimos perforar el secreto. El monto de la operatoria y lo que no se volvió a rescatar se estima en 20 millones de dólares.
Supermercado Delta
La llegada de Supemercado Delta conmovió la ciudad. La empresa finalmente se inauguró con un artilugio legal de construir las puertas de ingreso por calle 14 (no se podía por Boulevard 50).
La idea de la sociedad (cuya capital principal era propiedad de una persona de apellido Dos Santos. Sin embargo en los contratos figuraban testaferros de escaso poder económico. Los dueños pensaban abrir 50 bocas de expendió al público.
Sus locales fueron inaugurándose en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y La Pampa.
Al momento de la quiebra había una cadena de 10 locales de grandes dimensiones en funcionamiento y un edificio en construcción en la ciudad de Arrecifes.
El final fue anunciado. A partir de marzo de 1999, la “bicicleta financiera” comenzó a agotarse. Los locales abiertos en mayo de l999, recibían menos carne vacuna y de muy de baja calidad (vacas de consumo), los camiones con mercadería general no alcanzaban a completar la carga.
En varios Bancos hubo varias cuentas bancarias cerradas. Los cheques rechazados llegaron a comerciantes locales que optaron los que pudieron cobrar al contado.
Algunos, como una conocida remiseria de la zona de 50 y 14, cambió los valores rechazados por dinero en efectivo.
Las empresas líderes cortaron el abastecimiento de diversos productos de primera necesidad y los empleados del comercio de 50 y 14, salieron a comprar -entre otras cosas- bolsas de harinas a comercios locales (pagando al contado) para la elaboración del pan.
En Colón no hubo gran número de damnificados, gracias a la experiencia que varios comerciantes tuvieron con Supermás.
Sin embargo, otras localidades como Firmat con un comercio más abierto a este tipo de operatoria salieron enormemente perjudicados.
En sus últimas semanas, Delta perteneciente a la firma Frimin S.A, cambiaba de marca en sus productos de venta y probablemente estas firmas vendedoras -la mayoría pequeñas- debieron cargar con el peso de la quiebra.
Los supermercados Delta utilizaban como «gancho» en sus ventas, carne vacuna de buena calidad y con cortes en mostrador a precios muy accesibles.
La operatoria fue a gran escala, con evasión de impuesto, que en el caso de la carne vacuna llega al 40 por ciento del componente del precio final del producto.
La confirmación de la operatoria económica fuera de las normativas vigentes fue el remate del Frigorífico con nombre de fantasía «Rio Lujan», ubicado en la Ruta 8, kilómetro 57 del partido de Pilar y que era propiedad de Dos Santos.
El «Río Lujan» tuvo problemas impositivos con la ex Junta Nacional de Carnes en la década de los ochenta (incluso con clausura temporaria) y posteriormente por otros motivos sufrió problemas financieros a mediados de los noventa, pasando como titular del mismo un Banco oficial que realizó un contrato de alquiler a los que presuntamente actuaron como «pantalla» de gente que estaba vinculada con Delta y que nunca dejo de tener lazos económicos con el matadero en cuestión.
El expediente judicial
El expediente judicial Nº 69.999, tramitado en el juzgado comercial Nº 13 a cargo del Dr. Carlos Vilar y la Secretaría actuante del Dr Federico Gueri fue el primer síntoma de lo que finalmente ocurrió.
El predio de más de 23 hectáreas en Pilar salió a remate con una base de un millón trescientos mil dólares.
En el lugar quedaron 200 operarios en la calle y tiempo después se pudo observar un selecto barrio privado.
La faena de Frimin S.A (Delta) debió emigrar a «Frigorifico Sur» de Junin donde no pudo realizar la misma operatoria de evasión.
El precio de la carne vacuna subió al mostrador y la gente comenzó a adquirir el producto en cuestión en otros comercios.
Todos miraron para otro lado
Los empleados eran obligados a firmar sus renuncias en blanco y además firmaban 10 planillas por lo cual pertenecían a una especie de Cooperativa de Trabajo y tenían -entre otras cosas- una clausula que los hacia participe de las ganancias y de las pérdidas.(nunca visto)
La investigación realizada nos señaló que entre los papeles que rubricaban se encontraba el formulario 560 perteneciente a los empleados autónomos, algo que no correspondía al Supermercado de 50 y 14.
El final llegó el 21 de marzo cuando la firma Frimin S.A con domicilio procesal en Córdoba 1255, piso 3º. Establecimiento (deposito) en avenida Alvear 3628 de Don Torcuato, partido de Tigre a través del juzgado Nº 1 del Dr. Walter Dieuzeide decretó la quiebra.
El saldo fue de 36 empleados en la calle en la sucursal Colón y muchas cuentas pendientes. Solo basta recordar que en el local de 50 y 14, después de un mes y cuando la Justicia permitió ingresar, se encontraron las boletas de electricidad a nombre de la Cooperativa Eléctrica que no habían pagado , más de 200 paletas de cerdo, 500 tarros de helados, 500 litros de leche, más de 300 quesos de distinto tipo, vinos etc. Ya no importaba la mercadería habían lavado mucho dinero
Como fue la operatoria
En ese momento del país una a Sociedad Anónima se podía fundar con 12 mil pesos de capital accionario, el cual era un paso descripto en el artículo 186 de la ley de sociedades.
En este sentido, se puede depositar el 25 por ciento al contado y para lo adeudado existe un plazo de cumplimiento de dos años. (Artículo 166 y 186).
Al ponerse de acuerdo un grupo de personas (puede ser cuatro o cinco personas) se arman las acciones con el valor correspondiente y la porción societaria de cada persona que integra el grupo.
El siguiente paso es recaudar entre todos el 25 por ciento del capital accionario o sea 3500 pesos.
Luego se realiza la presentación ante el Registro Público de Comercio, mostrando las acciones y la constancia bancaria del depósito efectuado sobre las mismas.
En ese momento, la Sociedad Anónima queda constituida, aportando sus integrantes los requisitos mínimos, como domicilio legal, una sindicatura (puede ser persona de confianza).
Luego el grupo empresarial en cada municipio realiza la respectiva habilitación y se complementa con la inscripción en los organismos contralores (AFIP, etc).
El próximo paso era obtener la chequera del Banco oficial o privado, un trámite rápido y sencillo si la persona no está inhibida.
Por fin, en el caso de los supermercados, se alquilaba los locales en distintas ciudades.
También se adquiría las góndolas, cámaras y camiones de transportes con una prenda sobre esos bienes.
En caso de quiebra el acreedor prendario tiene privilegios sobre los mismos y no pueden acceder a ellos ni un acreedor hipotecario o laboral, por lo que esta operatoria en caso de los supermercados también se realiza con facilidad.
Solo basta conseguir la mercadería. La Sociedad comienza la operatoria para su compra con cheques. El ciclo puede durar de entre seis a doce meses.
Algunos valores se pagan y cuando el cuello de botella se cierra los integrantes de la Sociedad Anónima formada se reúne con capital líquido (dinero en efectivo) producido en las bocas de expendio.
El monto puede variar según el tiempo de duración de la operatoria y los comercios habilitados que cuenta la firma.