El viernes a partir de las 19 se realizó una marcha al cumplirse cuatro meses por la muerte de Delia Guerrero y sus hijos. Los reclamantes marcharon hasta la Parroquia Nuestra Señora de La Merced y allí se desconcentraron pacíficamente.
La madre Gabriela Vita escribió en facebook :“Te cerraron hoy tus ojos pero no tu voz, en tu nombre gritaremos aquel momento de gran horror, una familia reclama, un pueblo está con vos. Como decirte Delia que nos dejaste un gran dolor, pero quiero que sepas algo desde el cielo que estas hoy, somos muchas las mujeres que gritamos hoy tu voz. Llamaremos a quien sea, golpearemos muchas puertas, hablaremos con quien sea y nos darán una respuesta. De ese episodio macabro, de una justicia obsoleta y se harán cargo de las muertes, esa justicia ausente que te cerraron las puertas”
El caso Judicial
El hombre asesinó a balazos a su esposa, a dos hijos -de 2 y 14 años- y a un familiar en una casa de calle 54 entre 25 y 26, tras lo cual alertó a la Policía sobre lo que había hecho y se suicidó antes de que llegaran los efectivos, según informaron fuentes policiales y judiciales.
Los investigadores aseguraron a que Leonardo Andrés Ayala, un repartidor de La Serenísima de 37 años, concurrió a la casa de su pareja, Delia Guerrero (35), quien estaba a punto de desayunar con su hija Josefina (2), su hijo de otro matrimonio, Patricio (14), y otro familiar llamado Omar Lagneaux (60).
Apenas ingresó, armado con una pistola Bersa calibre 9 milímetros, le dio tres disparos al hombre, después propinó un balazo en la cabeza a su hija, que estaba por cumplir tres años, otro al hijo de la mujer y por último a su expareja.
Según las fuentes, Ayala llamó al número de emergencias 911 y avisó que había asesinado a su familia, pero cuando los policías concurrieron a la vivienda lo hallaron muerto con un disparo en el cráneo y constataron que dentro de la cocina había otros cuatro cadáveres.
Los investigadores determinaron que a la mañana temprano, antes de concurrir a la casa de su mujer, Ayala había ido a visitar a un vecino al que le había entregado algunas armas de fuego que tenía registradas, porque le había comentado que tenía problemas con su expareja y podría haber un allanamiento.
Ayala y Guerrero habían sido pareja hasta que ella lo denunció por un supuesto abuso sexual de la hija que tenían en común.
El juez de Garantías 3 de Pergamino, Fernando Ayestaran, denegó la aprehensión de Ayala, pero accedió a la perimetral para el hombre, de la que fue notificado el lunes último, hecho que habría originado el ataque.
En tanto, Marcelo Battaglia, secretario de Seguridad del Municipio de Colón, dijo que la mujer no tenía botón antipánico porque «esas situaciones tan graves de violencia familiar no se dan, ya que es una comunidad chica».
«Hay treinta mil habitantes; sí hay violencia de género, pero no de esta magnitud, y no se hace necesario tener botón antipánico», aseguró Battaglia, quien agregó: «Tenemos un sistema de alerta temprana que se maneja por los celulares, pero se ve que no hubo tiempo para que la víctima pulse».