Con algunos datos pudimos averiguar las ventas realizadas a partir del viernes para comprender que pasa en una ciudad cuando se inyecta dinero a las personas con más fragilidad del sistema económico.
El viernes y sábado se cobró las respectivas asignaciones a jubilados y beneficiarios de AUH.
En el transcurso de las operaciones, y en la primera jornada hubo equivocaciones en el diagrama de pago, con amontonamientos innecesarios en las colas. En el mismo sentido, lo importante es que rápidamente el Gobierno Central, envió órdenes a Bancos( Banco Central) Municipios y Comunas, para corregir, y se enmendó la situación los días siguientes.
Sin embargo, queda el impacto de ese dinero en el comercio local. Las consultas realizadas por El Faro a varias panaderías indican que se aumentó hasta un cien por ciento la producción y venta de pan y facturas durante el viernes y sábado. El movimiento se había aplanado como nunca antes los días anteriores.
También los comercios de proximidad, tuvieron un fuerte aumento de ventas con artículos como fideos, arroz, aceite etc.
La arista principal a entender es que la franja de la sociedad que recibió los subsidios (en épocas normales o con pandemia) no se van a otras ciudades a gastar el dinero. Cada uno de los beneficiarios lo hace en su propia ciudad, comenzando a “mover” la velocidad de circulación de dinero y la economía local