Un hecho ilícito muy particular se vivió en calle 58 bis y 24. En este sentido, Enrique Acosta de 85 años fue a adquirir mercadería a un comercio. Al salir con varias bolsas que llevaba con dificultad, dos jóvenes muy amables se acercaron y señalaron que lo ayudarían a cargar “con semejante peso”.
Sin embargo, cuando el octagenario llegó a la casa y los voluntariosos ayudantes se retiraron, y comenzó a acomodar los comestibles, se dio cuenta que le faltaba la billetera que contenía 300 pesos, el documento de identidad y la tarjeta de pago de las jubilaciones.