(Por Victor Calvigioni*) La mediocridad es un signo evidente de una parte de la clase política local. La palabra mediocre proviene del latín mediocris que significa “medio” o “común”. Etimológicamente está compuesto por el vocablo medius que expresa “medio o intermedio” y ocris que significa “montaña o peñasco escarpado”, por lo que indica a algo o alguien que se queda a mitad del camino siendo la cima de la montaña el destino final.
La problemática del agua es uno de los signos más evidente de la escasez de pensamiento y de un proyecto de ciudad a largo plazo.
El sistema de red de agua corriente es tan deficitario que tendríamos que realizar un pequeño libro con varios capítulos. En primer término, no existe plano del sistema y cuando se realizó la obra en la década del cuarenta el tanque de agua central ubicado en calle 23 y 42, estaba diseñado para una demanda de unos cuatro mil hogares tipos. En el presente son más de siete mil las viviendas. Los apuros políticos en tiempos electorales hizo que se tomara con liviandad su extensión y se conectarán mangueras tras mangueras que pasaban de una vereda a otra sin dejar nota de las derivaciones.
Pero eso no es todo. Las cuantiosas pérdidas del sistema de cañerías por que ya tiene en el centro de casco urbano más de cuarenta años de antigüedad, hay que agregar que el tanque de agua central, jamás fue limpiado y acumula casi un metro de distintos elementos de origen mineral que le quita capacidad.
Ya hace varios años que las autoridades debieron pensar en descentralizar construyendo otro tanque, o realizando una anillo periférico alrededor del casco urbano para abastecer cada casa.
En un último recurso, para llevar agua a cada hogar y que no pasen penurias muchos colonenses en época estival, otra alternativa es descentralizar con varias bombas de agua conectadas a la red y con una bomba de cloro computarizada. Ninguna de las tres soluciones ocurrió.
Ni hablar de la composición química del vital líquido, donde existen excesos de nitritos, nitratos (peligro del síndrome del bebe azul) y arsénico (en este caso con tolerancia dada por la Organización Mundial de la Salud).
Por último vamos a indicar lo más delirante del actual sistema. La presión de agua se maneja con una llave a la salida del tanque central. Con veinte vueltas máxima presión, menor cantidad de vueltas menor presión.
Los excesos y la escasez
En los próximos años y por los cambios climáticos habrá periodos lluviosos y de sequía. En tiempos lluviosos, serán miles de hectáreas que se inundaran (como en la actualidad) en cercanías de la cuenca del Río Arrecifes.
La solución es posible y salvarían millones de dólares que se pierden por la destrucción de cultivos en cada inundación. Solo se debe aprender de nuestros antepasados (sobre todo en el norte que creaban reservorios del vital líquido). Para la cuenca del Río Arrecifes existe un plan hídrico que se debería desempolvar. El mismo indica la creación de tres reservorios de agua. En época de lluvia el excedente de agua se derivaría a través de compuertas a estas construcciones y se evitaría inundaciones y pérdidas millonarias. En épocas de sequía se utilizaría para paliar las mismas.
Es importante tener memoria. Recordar hace ya muchos años, cada tanto observamos en el sector rural una laguna. Servían para nivelar las napas que son como platos dispuestos unos sobre otros. La “sojización” y los canales clandestinos las “borraron” del mapa. Las consecuencias están a la vista.
*Experto Agrario, Agrónomo General, Tipificador y Clasificador de Ganados y Carnes, Técnico en Adminis-tración de Empresas.