(Por Victor Calvigioni) El 16 de octubre de 2016, una septuagenaria fue asaltada en su comercio…pero el ladrón armado con un revólver fue “timado” en cincuenta pesos.
El episodio de neto corte policial a pesar de la gravedad, cobró ribetes de sainete cómico por lo absurdo de la situación que se generó y la forma que terminó.
En la esquina de boulevard 50 y calle 25, el reloj marcaba las siete de la mañana. La comerciante, Mary Certo (ampliamente conocida y querida) se preparaba como cada jornada para abrir el amplio kiosko-almacén que atendía diariamente por una ventana enrejada.
Una mujer se encontraba barriendo la vereda. Un joven pasa y pregunta ¿Cuándo abre el kiosko?. La chica contesta: “En un rato” y continúa con su tarea.
No habrían pasado 15 minutos, cuando desde el barrio Rivadavia, aparece el mismo joven trasladándose en una moto. El comercio ya estaba abierto. El muchacho se apea de su pequeño vehículo, se acerca a la ventana enrejada y pide un paquete de cigarrillos, estira la mano y le da a Mary, cincuenta pesos.
En ese mismo momento extrae un revólver de entre sus ropas y grita ¡Dame la plata!.
Ante el peligro inminente, Mary ni lerda ni perezosa y con los cincuenta pesos en la mano se esconde tras un pequeño y cercano mostrador.
La mujer al sentirse segura comienza a gritar a una empleada que se encontraba en un depósito trasero ¡Llama a la policía que me están asaltando! ¡Llama a la policía que me están asaltando!.
A todo esto, el ladrón se pone muy nervioso y comienza a gritar ¡Dame los cincuenta pesos que te dí y me voy!.
La víctima parapetada argumentó: «Si salgo de acá me asaltas, no te doy nada y ándate que viene la Policía».
El ladrón antes que caer preso prefirió perder los cincuenta pesos, se subió a la moto, y salió huyendo con menos dinero del que traía. El episodio fue repetido en varios portales –incluso en la ciudad de La Plata-
Un recuerdo para Mary, (ya fallecida) una comerciante afable y que siempre atendía con una sonrisa.