Colón: El asesinato de Pablo Fullana Borsato, pone a la Justicia en la picota

La muerte de Pablo Fullana Borsatto (36) en la casa donde habitaba en  calle 45 entre 22 y 23,  en manos de Leonel Fazio (18) , pone en jaque los resortes judiciales.

Leonardo  Fazio sufre un  retraso mental. Su persona ingresó al sistema  judicial en el 2016. Solo tenía 16 años y los expedientes se abrieron  en la Justicia Penal Juvenil. La primera presentación fue la de su progenitora debido a que  no podía contenerlo. En octubre de 2019, las causas judiciales  se encuentran en los Tribunales de Familia de Pergamino, esperando todavía una resolución a la situación del ahora homicida. Pasaron tres años y en el  tiempo transcurrido se puede llenar un libro con los expedientes judiciales abiertos

La Justicia a través de los Fiscales encargó estudio sicológicos y siquiatricos, para que  los médicos (brazos de la Justicia)  informaran el estado mental de Fazio y  si por los resultados obtenidos   debía ser internado resguardando su persona y el entorno donde convivía.

Se entiende por peritaje psiquiátrico todo informe redactado por un perito, especialista en psiquiatría, aportando su ciencia para esclarecer el estado mental del sujeto. Cabe destacar que el informe pericial puede ser solicitado por el juez a propuesta de las partes o directamente por las partes a su iniciativa y a sus expensas (peritación privada). Uno de los ámbitos donde se requiere  es el Penal, donde se dictamina sobre la  responsabilidad criminal, internamiento, suminsión a tratamiento, denuncias.

En este sentido, la investigación realizada  nos llevó a determinar que existen dos denuncias contra Fazio   provenientes de  la hermana del homicida y otra denuncia de la propia  madre por amenazas contra sus personas. Las mujeres señalaron “que podía pasar cualquier cosa”….y lo que duele, es que  finalmente pasó, llevándose una vida inocente.

Leonel Fazio estaba dentro del sistema judicial desde  hacía tres años  y en el transcurso los Fiscales que actuaron en las numerosas causas judiciales abiertas   requirieron  pericias sicológicas y siquiatricas y ninguno de los médicos actuantes  advirtió  la peligrosidad de la personalidad del asesino y que además  deambulaba por la ciudad  exponiendo a situaciones no queridas y graves a  los colonenses.  Un solo ejemplo sirve para graficar la gravedad de la situación.  En una ocasión, ( la denuncia se encuentra en sede judicial de Pergamino) manoseó a una adolescente de 13 años y con violencia  le robo el teléfono celular. La intervención de una vecina puso fin al ataque.

El homicida estuvo en abrigo en la casa del Niño “Willian Morris”. En el sitio causó numerosos inconvenientes.  Hace tres meses se lo dieron en guarda a un hombre que vive en el barrio Mirador del Lago y que tiene un merendero. Al sitio concurría Pablo Fullana Borsatto, pero los investigadores   no tienen acreditado que allí se conocieron el asesino y la víctima.

  El itinerario del homicida

Para conocer la personalidad de Leonardo Fazio  se debe describir su itinerario surrealista y posterior  al homicidio. Cabe destacar que los peritos actuantes en la escena del crimen en su informe señalaron que las setenta heridas recibidas no tenían ningún patrón (Cortaduras en la cara y cuerpo).

El crimen se llevó adelante entre las 4 y 6 de la mañana del domingo 1º de diciembre. El arma utilizada fue una sevillana dejada en el sitio por el homicida. A las cuatro de la madrugada se ubica a Pablo Fullana Borsatto en un bar situada en calle 47 y 20. La justicia está convencida que de allí la víctima se dirigió a la casa. Todavía no está comprobado cual fue el “punto de contacto” entre el victimario y la víctima.

El martes en la Fiscalía Descentralizada Nº 2 de Ignacio Uthurry, el imputado   Leonardo Fazio realizó los trámites de rigor pero no declaró.

El domingo luego de quitarle la vida a Borsatto, Leonardo Fazio se dirigió a la casa de su progenitora que se domicilia en Barrio Rivadavia. Allí le pidió que le una remera porque tenía la suya manchada de sangre. También le contó que había matado a un hombre “cerca de Barracas y a la vuelta de los Portalitos”, pero no dijo su identidad.

La conversación fue escuchada por una vecina a través de la ventana. Una vez que se cambió comenzó el regreso al centro de la ciudad. En una esquina se cruza  con un grupo de muchachos, allí también cuenta que había “matado a un hombre, cerca de Barracas”.(por el Club)

El próximo paso es  de una persona que no se encuentra en sus cabales. Se esconde  en el pasaje que existe por las vías en calle 47 entre barrio Rivadavia y la parte céntrica del casco urbano.

Por allí pasa, una mujer de 81 años, que se dirige a comprar flores para su hija en la Florería “La Perla” situada en calle 48 y 22. La octagenaria cuando se encuentra a mitad de camino  por el estrecho  pasaje se da vuelta y observa a Fazio con los pantalones bajos. Sigue caminando, y el asesino comienza a estar tras sus pasos. La alcanza en la esquina de  la Heladería “Suiza”, ubicada en calle 47 y 23. Allí, a la mujer  la ayuda a un hombre y se realiza la denuncia en la Policía Comunal. Los agentes bonaerenses, lo detienen y  lo trasladan a la Comisaría de calle 51 y 18. El caso recae en la Instructora Judicial, Susana Gandolfo.

La funcionaria observa a simple vista  las prendas de vestir (pantalón) manchadas de sangre  y ordena su secuestro. La prueba es fundamental para determinar si el ADN hallado en la sangre pertenece a Borsatto.

Siendo las 16 del domingo descubren el cadáver de Pablo Fullana Borsatto. El asesino ya estaba entre rejas.