(Por Victor Calvigioni) La pregunta después de 19 años sigue siendo ¿Quién mató a Ramón Mercado?. La causa fue caratulada como homicidio culposo y abandono de persona. El 11 de marzo de 2002, entre las 6.45 y las 7, en calle 9 y a una distancia aproximada a los 150 metros de la ruta 8, en el paraje denominado “El Triángulo”, un vehículo, nunca identificado, tronchó la vida de Ramón Mercado que circulaba en bicicleta. La jornada era con mucha neblina y había poca visibilidad. La víctima se domiciliaba en calle 15 entre 56 y 57 del barrio Belgrano.
Como todos los días Mercado había salido a trabajar en un campo. La noche anterior había caído una pertinaz lluvia. El ciclista se vió imposibilitado de seguir viaje por el camino de tierra con dirección al establecimiento rural. El barro existente lo obligó a regresar a su domicilio. No esperaba que a pocos metros de distancia perdería trágicamente la vida.
El accidente
La bicicleta avanzaba lentamente por calle 9, en dirección al casco urbano. En ese momento, un auto dobló en Ruta 8, retomando la calle 9 y pocos metros después atropelló al colonense causándole la muerte en forma instantánea. La autopsia del médico policial, reveló aplastamiento de tórax y cráneo.
El acceso al expediente judicial de este periodista revela que Ramón Mercado fue atropellado con la parte delantera izquierda de un vehículo que habría avanzado a una velocidad aproximada de 80 kilómetros. El faro izquierdo quedó destrozado y con vidrios diseminados en el costado de la cinta asfáltica.
El conductor o conductora del rodado involucrado trató de realizar una maniobra desesperada “tirándose” hacia el lado derecho y golpeó con el sector izquierdo a la víctima, causándole la muerte. El auto involucrado habría bajado de la cinta asfáltica y circulado unos metros por la banquina (pasto), luego subió nuevamente y huyó del lugar con dirección nuestra ciudad.
El que conducía el auto no frenó. Según el testimonio del habitante de la casa más cercana al lugar del accidente, y que estaba aproximadamente a unos 30 metros en línea recta, no se escucharon ruidos de impacto o de frenada.
La afirmación de este testigo que salió de su vivienda a las 6.45, mirando hacia la ruta y no observando nada extraño, ayuda a ubicar temporalmente la tragedia entre las 6.45 y las 7.15.
Las sospechas
En el expediente judicial existe una persona sospechada de haber atropellado a Ramón Mercado.
En este sentido, un individuo se habría presentado días después de la muerte del peón rural señalando que había atropellado un animal (sería un caballo) con el lado izquierdo del vehículo.
Las huellas del impacto contra el posible equino (episodio que fue ubicado en Ruta 31 cercana a Rojas) no se adecuaban a los daños producidos en la carrocería del auto. El vehículo desapareció en forma posterior y poco después fue denunciado como robado en una ciudad cercana a Colón. Sin embargo, las fotografías de los peritos anterior al posible ilícito están adosadas al expediente.
Los vidrios del faro
El periodista que escribe esta nota se apersonó en el lugar del accidente cinco días después y con un testigo, habitante de la casa cercana, comenzó a buscar pruebas en la banquina donde ocurrió el accidente.
En el sitio del lado derecho del pavimento y sobre el pasto, se hallaron trozos de una óptica, plásticos y un tapón de goma. Las pruebas fueron presentadas a la ayudante de fiscal de turno, Susana Muscolini y mediante un acta escrita a mano adosadas a la causa.
Según las averiguaciones propias que hicimos, antes de ser entregada a la justicia, mostrando el hallazgo a mecánicos electricistas y vendedores de óptica, los trozos encontrados de la óptica podrían pertenecer a un Renault 18, Coupe Fuego o a un auto marca Renault 21.
Las averiguaciones posteriores al hallazgo y indican que el vehículo de esa marca estaba sospechado de haber atropellado a Ramón Mercado
A través de la mirada a 19 años podemos indicar que en los primeros tramos de la investigación hubo “errores”. Si se hubiera actuado con rapidez, el responsable de un homicidio culposo hubiera sido descubierto. Cabe recordar que meses después ocurrió la muerte de una septuagenaria en la esquina 56 y 12 del barrio Belgrano. La mujer cruzaba la calle, y fue atropellada por un auto a gran velocidad. La justicia rápidamente levantó los rastros, se hicieron pericias y se descubrió el vehículo involucrado.
Los cruces telefónicos
En la causa judicial existieron pericias sobre los cruces de llamadas de varios teléfonos fijos y móviles.
La sorpresa fue que uno de ellos pertenecía a una mujer y el otro a un oficial de policía con rango. También se habría utilizado el teléfono fijo de una sede policial de la región y los de casas particulares de nuestra ciudad.
El oficial de policía de (alta graduación) era un eje de trabajo muy importante con las llamadas entrantes y salientes.
Cabe destacar que una vez recibido el listado de Telefónica Argentina con las llamadas entrantes y salientes de los teléfonos sospechados, los estudios fueron realizados por los gabinetes de peritajes de la policía bonaerense en La Plata.
Se utilizó el denominado “Excalibur”. El mismo sistema que se usó en el homicidio de José Luis Cabezas. El para ese entonces avanzado sistema se utilizó por segunda vez en nuestra ciudad y permitía relacionar los llamados telefónicos de los sospechosos, aunque no revelaba el contenido de la comunicación. En este momento, los organismo de seguridad utilizan sistema ultramodernos que puede revelar hasta “viejas” conversaciones.
El anónimo
En la causa judicial fue incorporado un anónimo que llegó a la Fiscalía. El mismo estaba escrito en con una computadora e impreso en una hoja tamaño oficio. El que lo realizó utilizó letras de tipo cursivo que tenían un tamaño no mayor de 7. 5.
El escrito incriminaba seriamente a una mujer y hablaba cómo se trató de encubrir la muerte de Mercado.
El hombre o mujer que la redactó revelaba un profundo conocimiento del caso.
El auto
La mujer sospechada de haber atropellado a Mercado tenía un Renault 19. El rodado en cuestión, días después del accidente fue denunciado como robado en la ciudad de Pergamino. En forma anterior al hecho y para justificar los abollones que tenía en la parte delantera de la carrocería denunció que había atropellado un caballo en una ruta cercana a Rojas.
La justicia averiguó las salidas realizadas por los Bomberos Voluntarios de Rojas. Según la carta de contestación de los servidores públicos de la vecina ciudad, dijeron que el 24 de marzo de 2002 a la 1 de la madrugada concurrieron a un llamado y había un equino muerto en la banquina de la Ruta que había sido atropellado pero no encontraron ningún vehículo en el lugar.
El tema no es menor. El misterio se habría aclarado mucho antes de haber habido efectividad en las primeras horas de la investigación.
En el expediente judicial existe una pericia sobre el vehículo sospechoso anterior al robo. En la misma se ve daños en la parte delantera izquierda y habría un agujero en la parrilla (¿Podría haber sido causado por el manubrio de la bicicleta?) y un abollón del techo sobre el parabrisas. (pudo haber sido el impacto de la bicicleta o el cuerpo o ambos)
El perito actuante dijo que no pudo determinar si esos daños corresponden a un atropellamiento como fue la muerte de Mercado.
Por otro lado, se podría sospechar que esos daños por las características no corresponderían al accidente contra un caballo.
La pregunta a 19 años de la muerte de Ramón Mercado es ¿ En los cruces telefónicos que revelaron el sistema del Excalibur, la mujer sospechada pudo hablar con el oficial de policía y otras personas de confianza tratando de cubrir la situación que había vivido?. Una muerte sigue pidiendo justicia.