Comienza entre miércoles y viernes las acusaciones y defensas por falsedad ideológica por el caso Pomar. Ocho años después y tras la fallida búsqueda de 23 días, el Fiscal y los Defensores deberán probar que se alteraron los libros o no hubo los rastrillajes que la Justicia requirió o por el contrario los efectivos bonaerenses cumplieron con las ordenes recibidas. Los sospechados son Daniel Fabián Arruvito, Luis Angel Quiroga Benito Faustino Barcos.
Los efectivos pertenecen a la Comisaría de Salto. Los abogados defensores son Gustavo Arabia, José Raimundo y María Barloqui. El magistrado interviniente es Gabriel Pico.
El desenlace
Tras 23 días de infructuosa búsqueda llegó la triste noticia. En el medio todo el sistema falló. Un hombre que viajaba en ómnibus había avisado dos veces de un avistamiento que podría ser la familia Pomar en el lugar donde apareció. Nadie le dio crédito. Los cuerpos se encontraron en un desnivel y dentro de un pozo de más de dos metros dentro del monte. Los mayores estaban a tres metros del auto. Los menores a 15 metros y el perro caniche toys, estaba sin vida en el interior del vehículo. La mecánica del accidente según el ministro de Seguridad Carlos Stornelli es que «se despistó, pegó en dos alcantarillas que hay en el lugar, en el golpe en el segunda de ellas se des-prendió el parabrisas y eso hizo que salieran disparados los cuerpos. El auto terminó ruedas para arriba en un pajonal de dos metros de altura y debajo de la copa de un árbol». El misterio de la desaparición de la familia Pomar, tuvo un trágico desenlace, cuando el matrimonio y sus dos pequeñas hijas fueron hallados muertos y diseminados en una zona boscosa al costado de la ruta provincial 31, en la localidad bonaerense de Gahan (a 15 kilómetros de Salto y a 55 de Pergamino), a raíz de lo que habría sido un accidente tras el despiste del auto. Un jinete que pasó por las cercanías y sintió fuertes olores, dio el aviso. Fernando Pomar (40), su esposa Gabriela Viagrán (37) y las dos hijas, Candelaria (6) y Pilar (3), habrían muerto cuando el Fiat Duna Weekend rojo, en el que viajaban desde José Mármol a Pergamino, se despistó alrededor de las 21.40 de aquel sábado 14 de noviembre, el mismo día en que desaparecieron, de acuerdo con las estimaciones de los investigadores.
El auto apareció volcado con las ruedas para arriba, con pasto seco incrustado en algunos de sus neumáticos, a unos 20 metros de la ruta 31, muy cerca de la entrada de Gahan, un pueblo rural de unos 700 habitantes, pero no era fácilmente visible desde la ruta porque estaba tapado por una decena de árboles y malezas que no habían sido cortadas recientemente.
El jefe de la Policía Científica, Pablo Vázquez, dijo «pudimos advertir una suerte de des-piste y partes de carrocería que se desprendieron».
«El rodamiento de las ruedas dejó una huella característica con la vegetación, cuando se pierde el control y se produce el vuelco» añadió.
La aparición del auto y los cuerpos echaron sombras sobre los rastrillajes que se habían hecho hasta ahora: los Pomar fueron encontrados a casi una hora del destino al que se dirigían y habían ido por una de las rutas previstas que, trascendió, solía tomar Fernando para llegar a la casa de sus familiares. Se pro-cesaron a seis policías. Los Pomar habían recorrido el siguiente camino: tras salir de la Autopista del Oeste tomaron la ruta nacional 7, pasaron por San Andrés de Giles (a 100 kilómetros de la Capital) y Carmen de Areco (a 145 kilómetros); luego de esta última localidad, y tras pasar un complejo llamado Chacras de la Alameda, en-filaron por la ruta 31 que lleva a Salto. La intención habría sido tomar, luego de Salto, la ruta provincial 32, para llegar a Pergamino después de re-correr 55 kilómetros más. Pero 15 kilómetros antes de Salto tuvieron el accidente
La Autopsia
Los primeros resultados de las autopsias practicadas a los cuerpos de los integran-tes de la familia Pomar, refuerzan la hipótesis del accidente ya que concluyen que los fallecimientos se produjeron como consecuencia de golpes y fracturas.
Fernando Pomar habría muer-to en el acto por una fractura de cráneo, mientras que su esposa, Gabriela Viagrán, habría agonizado durante algunas horas tras el accidente.
Aparentemente, la mujer se habría arrastrado hasta que-dar al lado de su esposo hasta que finalmente falleció.
Según reveló la autopsia forense realizada en la Morgue de Lomas de Zamora, Viagrán sufrió fracturas en las costillas, en el húmero derecho, en la pelvis, en la mandíbula y en una pierna, y desgarro de hígado.
También se determinó que no presentaba heridas de arma blanca ni de fuego, y que su muerte se produjo entre 15 y 20 días antes del hallazgo del cuerpo.
Las pericias también señalan que los cuerpos de las dos hijas del matrimonio, Pilar y Candelaria, se encontraban en avanzado estado de des-composición, por la gran cantidad de días que se man-tuvieron a la intemperie.