Pocos días después de que Máximo Thomsen, sindicado líder del grupo que asesinó a Fernando Báez Sosa en Villa Gesell en 2020, diera una entrevista para despegarse del homicidio, Matías Benicelli, otro de los condenados a prisión perpetua, hizo público un descargo a través de un texto enviado a un periodista por su abogado, Carlos Attias.
“Nunca fui parte de un pelotón de fusilamiento que a patadas segó la vida de Fernando”, afirmó el joven en su escrito, que el periodista Diego Estevez de América 24 dio a conocer este martes.
Benicelli hizo además una alusión directa a Thomsen, quien lo había nombrado en su declaración mediática la semana pasada. “Ni fui uno de los que salían a buscar peleas por Zárate con otros grupos para jactarme de esas supuestas hazañas”, precisó, despegándose del estilo del presunto cabecilla de la patota.
Benicelli y Thomsen son dos de los cinco rugbiers que recibieron condena a perpetua. Los otros son Ciro Pertossi, Enzo Comelli y Luciano Pertossi. Por su parte, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi fueron condenados como partícipes secundarios y recibieron una pena de 15 años de prisión.
“Siento más la muerte de Fernando que mi propia existencia. Y no hay palabras para decir el dolor que me causa su ausencia”, remarcó el joven. “Estuve en el lugar y momento equivocado. Porque fui de vacaciones a Villa Gesell con un grupo de 9 personas. Y las causas que no justifico y los actos de algunos que nunca terminé de entender, terminaron absurdamente con una vida de un adolescente de 20 años. La misma edad que yo tenía”, apuntó.
Benicelli se refirió compasivamente a los padres de Fernando, pidió perdón y aseguró que “no mató” a Báez Sosa. “Pedir perdón parece una hipocresía, cuando no sale directo desde el corazón. San Francisco decía, es preciso amar para ser amado, perdonar, para ser perdonado. Yo sé que no maté a Fernando, pero pido perdón de todo corazón en nombre de todos los que causaron su trágica desaparición”, recalcó.
En tanto, el texto difundido este martes por Attias y el periodista Diego Estevez es un compendio de varias declaraciones de Benicelli, que el letrado juntó en una suerte de carta para hacerlas públicas.
La declaración completa de Matías Benicelli
Querido Diego. Te agradezco la posibilidad de decir lo que no puedo, porque no tengo medios más que lo que escribo, para que sepas que siento más la muerte de Fernando que mi propia existencia. Y no hay palabras para decir el dolor que me causa su ausencia. Sin el consuelo de su presencia en este mundo, solo me queda la esperanza de que esté junto a Dios iluminándonos el camino.
Tengo una hermana mayor que es preciosa y un hermano menor de 17 años a quienes quiero y extraño cada día, una mamá amorosa y un padre que es mi ejemplo de trabajo, de esfuerzo y de dignidad de vida. Con ellos aprendí el valor de la familia, a creer en Dios y a sostener valores que hoy, más que nunca, me sostienen en la prisión en la que estoy.
Nunca fui parte de un pelotón de fusilamiento que a patadas segó la vida de Fernando. Ni fui uno de los que salían a buscar peleas por Zárate con otros grupos para jactarme de esas supuestas hazañas. Estuve en el lugar y momento equivocado. Porque fui de vacaciones a Villa Gesell con un grupo de 9 personas. Y las causas que no justifico y los actos de algunos que nunca terminé de entender, terminaron absurdamente con una vida de un adolescente de 20 años. La misma edad que yo tenía. Por eso entiendo a los jueces que me condenaron y sobre todo comprendo y justifico a los padres de Fernando. Porque ellos creen que todos los que estuvimos aquella noche fuimos sus asesinos.
Pedir perdón parece una hipocresía, cuando no sale directo desde el corazón. San Francisco decía, es preciso amar para ser amado, perdonar, para ser perdonado. Yo sé que no maté a Fernando, pero pido perdón de todo corazón en nombre de todos los que causaron su trágica desaparición.
Mi solidaridad y mi amor está con los padres de Fernando, como está también con mi familia.
Me resta la esperanza de que la misericordia de Dios nos devuelva la paz e imparta una justicia donde los hombres no alcanzan. Y que la muerte de Fernando sea recordada como la de un mártir, que ofrendó todo cuanto tenía, su vida. para que la violencia sea erradicada para siempre de todos los lugares, públicos y privados donde se reúnen los jóvenes para festejar la vida y no para invocar la muerte. (DIB)