La crisis económica se siente con fuerza en los barrios en Colón. El supermercado La Anónima ubicado en calle 20 entre 48 y 49, redujo sus ventas en un cuarenta por ciento. El martes a las 19, solo se encontraban trabajando dos cajeras y no había casi clientes. La tendencia no escapa a otros comercios del mismo rubro.
En nuestra ciudad hay dos abastecedores de lácteos que realizan la tarea cada mañana con dos vehículos. El descenso en las ventas llegó a un cincuenta por ciento.
Además se vende en las veinte panaderías y más de doscientos pequeños comercios donde abastecen de pan, un 30 por ciento menos del vital alimento.
En épocas de esplendor económico hace apenas cinco años, se comercializaban 120 mil kilos de carne vacuna en las cuarenta carnicerías. En el presente la cifra llega apenas a unos 70 mil kilos y los propietarios hacen malabares para colocar los cortes del cuarto trasero (Lomo, cuadril, colita de cuadril, peceto, bife angosto, entre otros). Ya cerraron más de siete emprendimientos en este rubro.
Otro sector que se encuentra en crisis económica relacionado a la reunión familiar es la venta de bolsas de leña o carbón. Los asados de los domingos disminuyeron y se convirtieron en la típica mesa de los Campanelli, con fideos en el centro de la mesa.
También los restaurants sufren la caída de los comensales. La ocupación disminuyó en un 60 a 70 por ciento. En el presente una familia tipo necesita entre 1000 y 1200 pesos para sentarse a disfrutar una cena sin grandes lujos. La reuniones se hacen en casa de alguna familia y se pide comida a las rotisería. Un pollo con papas fritas (cuatro personas) se adquiere por 170 pesos.
En el centro de la ciudad se observan muchos comercios cerrados. Un alquiler de un modesto local se encuentra en un valor mensual de entre 6000 y 10000 pesos, sumado a gastos fijos es casi imposible lograr un equilibrio, entre las ventas y los gastos, sobre todo en electricidad en lcarnicerías (cadena de frio) y el gas en las panaderías (funcionamiento de los hornos).
Uno de los alimentos que más se comercializa es la milanesa (pollo, carne vacuna y porcina) se debe tener en cuenta que el corte al tener en su composición 500 gramos de carne y 500 gramos de huevo, pan rallado y aditivos, disminuye en su valor en la venta minorista.
Los pequeños productores agropecuarios se reúnen en un número de tres o cuatro y realizan sus compras en un mayorista recién instalados en Ruta 8, donde comercializan segunda y terceras marcas de pequeñas y medianas empresas nacionales. Los clientes indican que el costo de los alimentos disminuyen en un cuarenta por ciento. La modalidad de adquirir en conjunto también llegó a los barrios colonenses con uniones económicas entre varias familias.
El dramatismo mayor se encuentra en los proveedores de materiales de construcción. Ya no se ven los pequeños emprendimientos barriales ( construcción o refacción de viviendas) solo se observa grandes emprendimientos en edificios de departamentos o casaquintas.
Un termómetro para medir la actual situación son las panaderías. Las facturas del día anterior son reservadas a los chicos que cada mañana pasan a buscar el bolsa que preparan los comerciantes. Esta postal no se veía desde aquellos días aciagos del 2001.