Samuel Bocanegra es un colombiano de 45 años que encabeza “Suramérica Corre”, un recorrido de 7000 kilómetros que hace trotando y en ómnibus, pasando por 8 países y 200 ciudades en 7 meses.
Pero no se trata de un atleta más. Samuel era militar y en el año 2001, en una operación de la fuerza, pisó una mina con su pierna izquierda. Inmediatamente lo trasladaron a Bogotá y le reconstituyeron el pie, pero cuatro días después, los médicos le indicaron que la infección era muy grande y, por ende no había nada más que hacer que amputar. Allí su mundo se desmoronó. Pero, tiempo después reconoció que el gran simbronazo podía significar un nuevo punto de partida.
Así fue como por medio de una prótesis empezó a recomponerse y, en 2004, comenzó a correr maratones, ultramaratones y carreras de montaña. A raíz de una media maratón de Bogotá, decidió asumir el desafío y dio el primer paso. “Me solté, aprendí a trotar y a partir de ahí volví a vivir, sentí que me vida se restableció, ya había perdido mi hogar y mi entorno social”, comentó el ex militar colombiano.
Hoy, cuenta con orgullo que tiene el título de “Iroman Plata a nivel mundial”, siendo el primer Iroman Colombia víctima de las minas antipersonas.
La impactante historia fue contada por el propio protagonista a la FM Actitud 92.5 de la ciudad de San Miguel del Monte. Hasta esta ciudad, distante a unos 100 kilómetros de la ciudad autónoma de Buenos Aires, llegó Bocanegra en el marco de la misión “Suramérica Corre”.
Según contó a la emisora local, proviene de Las Flores y continúa su viaje hacia Cañuelas y la capital federal. De ahí, seguirá rumbo a Uruguay, luego Paraguay, Bolivia, Perú y Ecuador, para finalmente arribar a Bogotá en febrero del próximo año.
Bocanegra manifestó que con esta carrera pretende transmitir tres mensajes importantes a todas las personas. “Que la discapacidad no existe y que es un estado del ser humano y que cualquiera puede llegar ahí”, es el primero de ellos; en tanto que el segundo es que “los límites no existen y que se ponen donde uno quiere ponerlos”.
Por último, su proeza es una apuesta por la paz. En tal sentido, a través de esta aventura busca comunicar y llevar conciencia para que no haya más guerras. “De nada sirve. Solamente sirve para empoderar a los gobiernos porque el que sufre es el pueblo”, sostiene. Con estos mensajes, el colombiano transita por estas horas territorio bonaerense. (InfoGEI)