Una joven de 25 años que fue despedida de un supermercado chino en la ciudad de Rafaela, provincia de Santa Fe, protagonizó un ataque de furia por el que quedó detenida en una comisaría: destrozó la góndola de los vinos, gritando “mi cabeza, mi cabeza”.
Las imágenes del episodio se viralizaron de inmediato a través de las redes sociales. En el local se presentaron efectivos del Comando Radioeléctrico, que acudieron tras la denuncia de que una mujer se encontraba “fuera de sí”.
“Espero poder tener un lugar para contar la otra parte del conflicto, como lo tuvieron ellos al enviar vídeos e información incompleta, haciéndose totalmente los desentendidos ante lo sucedido”, comenzó su posteo la joven. “Lamentablemente en ese momento me cegó el enojo, la bronca por las injusticias que viví ahí adentro, el tragarme los maltratos, los retos, el ninguneo, y hasta ‘manotazos’ o insultos por no perder el trabajo”, agregó.
“En la primera parte del vídeo, que fue editado a conveniencia, expreso todo esto cara a cara con la persona encargada de emplearme, recibiendo un despido, sin justificación, ignorándome y corriéndome del sitio, sin querer darme al menos una razón”, explicó Evelyn.
“Estuve mal y pagué como la ley, así lo decidió por todo el daño que hice, pero a mí, ¿quién me reconoce el tiempo invertido, mi dignidad, mis ganas de salir adelante?”, remarcó.“Te largan así, con una mano atrás y otra adelante, de un día para el otro, sin siquiera darte razones, una explicación, una disculpa, al menos. Fui una buena empleada, respetuosa, siempre a disposición, porque desde limpiar pisos hasta cortar fiambre o atender una caja lo hice con muchas ganas”, continuó.
Y concluyó: “Las injusticias a veces no se ven del otro lado, y a mí me jugaron en contra todas esas cosas al momento de reaccionar. Por el momento quería que la gente que vio el video y opina sin saber sepa que detrás de tan grande brote nervioso hay muchas cosas. Yo seguiré el camino legal como corresponde, confiando en que en algún lado hay justicia para los buenos también, y que no hace falta mover cielo y tierra para encontrarla”. (DIB)