A pesar de su tierna apariencia, los gobiernos provincial y nacional buscan frenar la expansión de un tipo de roedor que transmite enfermedades, daña las plantaciones y destruye los cableados de sistemas de comunicación.
Se trata de la ardilla de vientre rojo, una especie oriunda del sudeste asiático introducida por el hombre en el partido de Luján hace 50 años, que se estableció como especie exótica invasora (EEI).
Por considerarlo “atractivo”, este animal silvestre se trasladó a distintos puntos del país. Además de en Luján, fue detectado en Escobar, Arrecifes, 25 de Mayo, Capitán Sarmiento, Salto, San Miguel, Daireaux, San Antonio de Areco, Berazategui, Moreno, Lobos, parques de la Capital Federal, Córdoba y Santa Fe
Su población supera los 100 mil ejemplares y ocupan casi 2.200 kilómetros cuadrados, área equivalente a diez veces la ciudad de Buenos Aires, según estudios realizados por el Grupo de Ecología de Mamíferos Introducidos (EMI) de la Universidad Nacional de Luján.
«El mensaje principal para los vecinos es que no la trasladen, no la alimenten, ya que no es una mascota y puede trasmitir parásitos y enfermedades graves como la leptospirosis», manifestó al respecto Adriana Ricci, directora de Recursos Naturales del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible bonaerense (OPDS).
Al alimentarse de una gran variedad de frutos y semillas, perjudica las plantaciones comerciales y familiares y, según advierten, puede actuar como predador o competidor de la fauna silvestre.
«Es un roedor, necesita usar sus dientes y uno de los problemas que genera es el daño continuo a los cables de comunicaciones, así como destrucción de corteza de árboles y plantaciones de frutales», agregó Ricci.
Ante la presencia de una ardilla libre o en cautiverio, aconsejan dar aviso al Municipio, enviar un mail a florayfauna@maa.gba.gov.ar o comunicarse al 0800-222-1362 (OPDS), 0221-429-5206 ó 429-5236.
“La tenencia responsable de mascotas incluye saber qué tipo de animales de compañía se pueden tener. En este caso, vale considerar que la ardilla no es una mascota ni un adorno y que frenar su expansión para proteger la biodiversidad, la salud y la producción, está en manos de todos”, remarcan desde el área provincial. (Infocielo)