La declaración es de un sonarista de una de las Corbetas de la Armada Argentina que participó en el operativo de búsqueda, sorprendió a la jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yañez. La causa podría dar un giro insospechado.
El sonarista juró ante la jueza que el martes 21 de noviembre de 2017, seis días después de la desaparición del sumergible, escucharon, registraron y grabaron “unos golpes de casco” y una detección en el registro del sonar “que reunía muchas condiciones para ser un submarino”.
De corroborarse esos dichos con otros protagonistas de la historia, la causa por la desaparición del ARA San Juan con sus 44 tripulantes podría dar un giro insospechado, consigna Primero Bahía, uno de los portales en adelantar la noticia.
“El golpe de casco se hace con algún elemento metálico fuerte. No seguía un ritmo para que nosotros pensemos que fuese un motor o algo, y ningún animal puede hacer un sonido de ese tipo”, dijo y afirmó que el Comando de Adiestramiento y Alistamiento, por entonces a cargo del Contraalmirante Luis Enrique López Mazzeo, envió al destructor Almirante Brown “para que corrobore el posible contacto porque tiene mejor sonar y a nosotros nos solicitaron que nos corramos del lugar”.
Continuó: “A raíz de ello se solicitó al Comando otro medio de búsqueda. A Brown también lo enviaron a otro lado. A nosotros nos llamó mucho la atención. Después si fue alguien a ese lugar no lo sé, pero en ese momento no llegó nadie más al lugar. La colaboración internacional llegó después”.
El suboficial que declaró durante cuatro horas ante la jueza solicitó que se preservara su nombre por temor a represalias dentro de la Armada.
El sonarista le explicó a la magistrada que su especialidad es “escuchar a un submarino” y detalló que “cuando el sonar detecta un posible contacto, se ve en la pantalla un punto que de acuerdo con su intensidad puede tener alguna relevancia, como lo fue en este caso”.
El capitán Enrique Balbi, el vocero de la Armada, nunca informó sobre este supuesto contacto con los tripulantes del San Juan.
Con pesar, el sonarista se lo contó así a la jueza Yañez: “Nuestro Comandante no descartó la información, sino que la envió al COOA y este es el que la descarta. En ese momento solo nos mandaron a otro lugar, pero sin ningún tipo de fundamento. No me consta que haya habido algún otro buque investigando en la zona del posible contacto”.
Agregó: “El Capitán me dijo que según le explicaron a él, los audios habían sido analizados y enviados posteriormente a los Estados Unidos. En ese momento le dicen al comandante (de la Corbeta que detectó el supuesto contacto con el San Juan) que lo que nosotros escuchamos fueron mini drones americanos que supuestamente están ahí para medir condiciones meteorológicas”.
Sin embargo, para el sonarista eran golpes de casco de submarino. Además afirmó que tiene archivos de audio de los golpes de casco y el informe de los contactos. (InfoGEI)