(Por Andrés Lavaselli )Aunque el clima de época y las urgencias del ajuste puedan hacerlos parecer algo esotéricos, una serie de debates políticos comienzan a emerger en la provincia de Buenos Aires vinculados a una fecha que recién asoma en el horizonte: las elecciones del año próximo. Ese es el hilo conductor que permite zurcir los chispazos en el peronismo, la reiteración de una llamativa oferta electoral de Axel Kicillof a los intendentes radicales, las conversaciones entre los delegados de Karina Milei y sectores de PRO con un ojo puesto en las listas, el lento despertar del peronismo no K y, de modo casi transversal, los tanteos para intentar eliminar el límite a la reelección de los intendentes.
De todos esos movimientos, el más llamativo lo protagonizó Andrés “El Cuervo” Larroque. En un discurso incendiario formulado en San Vicente para los grados de tolerancia al desafío interno que suele tener el kirchnerismo, apuntó al modo en que Máximo Kirchner ejerce la conducción del peronismo, casi sin diálogo interno. A su vez, atribuyó al influjo del líder camporista –al que no nombró- una voluntad de complicar a Kicillof. El Gobernador, que estuvo en el acto hasta poco antes de que hablara su ministro, quedó en una posición incómoda: tuvo que mandar a aclarar que no se trató de una ofensiva coordinada y que su pelea por ahora es con Milei. “Sin plata no hay gestión y sin gestión no hay 2027”, razonan en su entorno.
La tensión interna es, de todos modos, inocultable. Una tesis la liga con la disputa anticipada por el armado electoral para 2025. La idea es que Kicillof debe disputar poder interno porque los diputados nacionales que se elijan el año próximo tendrán mandato al menos durante los dos primeros años del siguiente gobierno. “Si llega a la presidencia sin una tropa parlamentaria propia va a tener problemas”, susurran al oído del Gobernador. En ese punto, la posición de Larroque marida con la de intendentes excluidos de las boletas legislativas del año pasado, como Ferraresi, Espinoza o Secco. En Diputados de la Provincia, por caso, eso derivó que en Kirchner sea el poder real en alianza con Martín Insaurralde, que se ve poco pero sigue estando operativo.
Otro punto crítico es el rol de Cristina Kirchner en este barullo: de cómo se resuelva esa cuestión parece depender si una pelea que en principio se organiza en torno al armado electoral derrama hacia la conducción de la porción más importante del peronismo. Larroque no la apuntó directamente y los voceros de Kicillof afirman que ella no avala envestidas contra él. El escenario, sigue abierto: el Gobernador no “llamó al orden” al “Cuervo”, como pide Máximo, porque afirma que no lo conduce, al igual que no conduce a los intendentes que promueven su candidatura. A esa ambigüedad, el camporismo responde con otra: Máximo no se implicó personalmente, pero mandó a responder a soldados como Mayra Mendoza o Damian Celsi.
Si la apertura electoral del PJ en el nuevo clima social de Argentina es un ítem de esta pelea, habría que anotar entonces otro componente: el ofrecimiento de confluencia electoral que Kicillof le hizo a los alcaldes radicales en la reunión que mantuvo con ellos hace poco. “Hay que ir juntos como fuerzas nacionales y populares contra el gobierno de Milei”, les dijo, palabras más o menos. Maximiliano Suescún, presidente del Foro de la UCR, esquivó el convite y habló de gestión. Pero no debió sorprenderse: el Gobernador ya le había propuesto lo mismo en 2023 a Miguel Fernández, el exalcalde de Trenque Lauquen, que antecedió en el cargo. Y a Camilo Etchevarren, de Dolores, cuando le sugirió que separe la elección bonaerense de la nacional.
El influjo anticipado de la pelea del año que viene también se deja sentir en La Libertad Avanza. Allí el senador Sebastián Pareja corre con chances de encabezar el partido en la Provincia, en un armado que la “Jefa” Karina Milei asume de modo personal y apura. Esa celeridad, malician algunos, puede tener que ver son una candidatura a diputada nacional por PBA de la hermana presidencial. La hipótesis se baraja en PRO, la UCR y el peronismo, aunque algunos libertarios la relativizan. Una lógica posible para definir si Karina va a las listas o no: si Milei no se cae en las encuestas, su apellido cotizará el año que viene. El tejido incluye a dos dirigentes de peso: Diego Santilli y José Luis Espert, recientemente incorporado al partido de los hermanos Milei.
La tercera pata de los armados en ciernes la componen actores de orígenes diversos que activaron contactos y exploran los límites de un armado propio con perfil de “tercera vía”. Las conversaciones involucran a peronistas de paso por el kirchnerismo pero que atravesaron el leteo opositor como Emilio Monzó y Florencio Randazzo, a las que hay que sumar también a Margarita Stolbizer junto con algunos radicales. No piensan en ser una opción mayoritaria el año que viene pero sí en instalarse como una fuerza relevante en un escenario donde el radicalismo y el PRO pueden tener desprendimientos importantes a raíz de la tensión a la que los somete, por motivos diferentes, el libertarianismo.
En la Legislatura, en tanto, crece otra derivación de la creciente atracción gravitacional del 2025: se trata de las tres conversaciones que dos diputados peronistas muy ligados a caciques territoriales de la tercera sección electoral ya mantuvieron con legisladores opositores para explorar la chances de votar una ley que elimine el límite a la reelección de los intendentes. ¿Por qué la premura? Si bien el tope opera en 2027, los alcaldes con más de dos mandatos podrían postularse a legisladores el año que viene si el plan fracasa. La consigna por ahora es no hacer olas, porque temen un tweet fulminante de Milei: pocas cosas lucen más castas que querer la reelección indefinida. Los que impulsa la movida dicen que los votos para avanzar, hoy, están. El conteo incluye al bloque de libertarios con vínculos con el massismo, que paradójicamente impulsó el límite junto con María Eugenia Vidal. Ese poroteo es otro motivo para el apuro: si el mileísmo hace una buena elección el año que viene todo podría complicarse. (DIB)