Este martes, una triste noticia golpeó al fútbol argentino con el fallecimiento de Gustavo Raggio, quien había dejado una huella indeleble en varios clubes del país. A los 52 años, Raggio sucumbió tras una batalla contra una neumonía bilateral, que lo mantuvo internado en terapia intensiva desde el 5 de febrero.
Conocido por su pasión y dedicación al deporte, Raggio había sido un jugador destacado en equipos como Newell’s Old Boys, Banfield, y San Martín, entre otros. Sin embargo, fue en su rol como entrenador donde dejó una marca aún más profunda.
Con una trayectoria que abarcó desde clubes juveniles hasta equipos de renombre como Douglas Haig y Estudiantes de Río Cuarto, Raggio demostró ser un líder incuestionable, guiando a sus jugadores con sabiduría y compromiso.
Su paso por Douglas Haig fue especialmente memorable, llevando al equipo a una gran campaña en el último Torneo Federal A. Su dedicación y habilidad para inspirar a sus jugadores fueron clave para alcanzar el éxito en la cancha.
Además de su labor en clubes, Raggio también había sido parte del cuerpo técnico de la Selección de Panamá, demostrando su experiencia y conocimiento a nivel internacional.
El legado de Gustavo Raggio perdurará en la memoria de quienes lo conocieron y trabajaron con él en el mundo del fútbol. Su partida deja un vacío en la comunidad deportiva, pero su espíritu y pasión por el juego seguirán inspirando a futuras generaciones de jugadores y entrenadores. Que descanse en paz, un verdadero líder del fútbol argentino.(Pergamino Virtual)