En un episodio que ha llevado las tensiones diplomáticas a un nuevo nivel, el presidente argentino Javier Milei, en una entrevista televisiva con la periodista Patricia Janiot, etiquetó al mandatario colombiano Gustavo Petro como «un comunista asesino«. La declaración del presidente argentino desencadenó una rápida respuesta por parte del Gobierno colombiano, que consideró las palabras de Milei como «irrespetuosas e irresponsables«.
El canciller colombiano, Álvaro Leyva, expresó su más enérgica protesta por las declaraciones de Milei, subrayando que Petro fue elegido de manera democrática y legítima. En un comunicado, Leyva destacó que las palabras de Milei socavan los lazos históricos de amistad entre Colombia y Argentina, que se han fortalecido a lo largo de dos siglos.
En respuesta a la controversia, el Gobierno de Colombia llamó de inmediato a consultas a su embajador en Buenos Aires, Camilo Romero. Este gesto diplomático subraya la gravedad de la situación y la determinación de Colombia de defender la integridad de su líder electo.
Gustavo Petro, exintegrante de la guerrilla del M-19 que se desmovilizó en 1990, ha ocupado cargos significativos en la política colombiana, desde concejal hasta la presidencia en 2022. Las palabras de Milei resucitan tensiones históricas en la región, poniendo de manifiesto la sensibilidad de las relaciones políticas en América Latina.
En medio del intercambio de declaraciones, el embajador Romero, retirado de su cargo en Buenos Aires temporalmente, respondió a Milei, calificándolo de hipócrita y recordando sus críticas anteriores a figuras como Luiz Inácio Lula y el Papa Francisco. Romero hizo un llamado a preservar la hermandad histórica entre los pueblos de la región, más allá de las diferencias políticas.
Este enfrentamiento verbal entre líderes políticos destaca la importancia de la diplomacia en la construcción y mantenimiento de relaciones internacionales, recordando a los países de la región la necesidad de abordar las divergencias con respeto y consideración.