La muerte de un nene de 8 años a causa de una infección provocada por la denominada «ameba come cerebros» tras bañarse en la laguna de Vedia, cerca de Junín, generó una gran preocupación en la comunidad médica debido a que es el primer caso en Argentina, aunque especialistas aseguraron que «no hay que entrar en pánico».
El nene, oriundo de General Alvear, por una meningoencefalitis amebiana primaria (MAP) provocada por el parásito Naegleria fowleri, también conocido como la «ameba asesina» o «ameba come cerebros».
El nene adquirió la infección en aguas de la laguna Mar Chiquita, entre Junín y General Arenales en febrero de 2017. En ese momento fue documentado por el Reporte Epidemiológico de Córdoba (REC), pero ahora el tema adquirió trascendencia mundial, ya que fue reportado y difundido por la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas (ISID).
La enfermedad
En febrero del año pasado, un nene de 8 años de la localidad de General Alvear ingresó a una clínica de Junín con fiebre y vómitos. Su cuadro, que daba la impresión de ser una meningitis bacteriana, evolucionó a una velocidad tal que dejó perplejos a los médicos: en apenas dos días perdió la consciencia, dejó de respirar por su cuenta y falleció. A partir del interrogatorio a familiares, del que surgió que el chico había estado nadando en la laguna de la Vedia, los especialistas empezaron a considerar otra posibilidad que aunque al principio parecía improbable finalmente se confirmó: una infección por un tipo de ameba que destruye el cerebro y que hasta ahora no había sido reportada en nuestro país.
Un año después del fallecimiento del niño, un informe presentado por un médico de Bahía Blanca ante la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas (ISID) vuelve a poner la historia en el foco de atención al convertirse en el primer caso local documentado de meningoencefalitis amebiana primaria (MAP) una infección por un tipo de ameba muy agresiva que literalmente se come en pocos días el tejido cerebral.
Se trata de la Naegleria fowleri, conocida también como “la ameba come-cerebros”, un parásito que se encuentra en ríos y lagunas de agua templada, generalmente en ambientes tropicales. Aunque las infecciones con ella son poco frecuentes, puede introducirse en el organismo a través de las fosas nasales cuando una persona se zambulle o se sumerge en aguas contaminadas, que es precisamente lo que se supone que ocurrió con el niño fallecido en Junín. Lo cierto es que hasta su muerte no se había documentado ningún aislamiento de este organismo en personas ni en el medio ambiente en nuestro país.