La ola de mosquitos de la especie Aedes albifasciatus que azota desde hace una semana a localidades de Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), a la Ciudad de Buenos Aires y localidades bonaerenses cercanas no cesa, generando molestias, imposibilidad de estar con tranquilidad en espacios recreativos al aire libre y con la amenaza de que se trata del vector que transmite la Encefalomielitis Equina del Oeste (EEO).
No obstante, no es el único mosquito que tiene presencia en la región. Más conocido hasta ahora que esta especie tan agresiva, llamada “plaga” o “de la inundación”, que irrumpió en este 2024 en zonas urbanas, es el Aedes aegypti, transmisor del dengue, detectado en el país en la década del ‘90, según un estudio del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE). Este mosquito fue declarado erradicado en Argentina en 1963, pero reapareció.
Otra especie que circula, más inofensiva en cuanto a transmisión de enfermedades, es el Culex pipiens, de hábitos nocturnos y zumbido persistente.
Cómo reconocerlos, de acuerdo a un informe del CEPAVE:
- Aedes albifasciatus: también llamado mosquito charquero o zancudo callado, o mosquito plaga o de la inundación. Mide entre 6,5 y 7,4 mm hace su aparición en forma de explosiones poblacionales luego de períodos de lluvia muy intensos y en zonas anegables. Al nacer todos juntos, tienen la capacidad de invadir la ciudad formando nubes de insectos. Sólo la hembra pica y se alimenta de sangre. Tiene hábitos diurnos y prefiere los parques y espacios abiertos antes que el interior de las casas.
- Aedes aegypti: Es negro, con anillos blancos en las patas y un dibujo en forma de lira en el dorso del tórax y el abdomen. Es el vector principal para dengue, chikungunya y zika. Tiene hábitos domiciliarios: vive dentro y en los alrededores de las casas. Las hembras pican, y lo hacen principalmente temprano por la mañana y al atardecer, pero puede picar también en otras horas. Al poco tiempo de picar, ponen sus huevos en las paredes internas de cualquier recipiente cercano con agua limpia estancada.
- Culex Pipiens: también llamado mosquito trompetero. Es el más común en la región. Se alimenta de sangre y sus hábitos nocturnos lo convierten en una verdadera molestia a la hora de dormir, especialmente por su particular zumbido. Su tamaño puede variar desde 3 a 7 milímetros.
Desde el CEPAVE remarcan que, hasta ahora, el mejor mecanismo para controlar las enfermedades que transmiten los mosquitos, principalmente el dengue, es la prevención y educación de la población respecto a medidas personales, tales como destrucción de los criaderos y protección contra la picadura de mosquitos de actividad diurna, incluso el empleo de mosquiteros, ropas protectoras y repelentes, espirales.
En cuanto a los criaderos, lo común comprende recipientes naturales o artificiales, generalmente pequeños, en los que se deposita agua, cerca o dentro de las viviendas, por ejemplo, neumáticos viejos y otros objetos como frascos, envases plásticos o floreros.
La fumigación solamente es recomendada en los tratamientos focales donde ocurren casos de la enfermedad, o hay gran proliferación de mosquitos como ocurre con el Aedes albifasciatus, para rápidamente reducir la densidad del vector y bajar el riesgo de dispersión de enfermedades. (DIB)