(Por Manuel Tejo, de la Agencia DIB.)A lo largo de la provincia, se distribuyen unas 30 especies. El sector que cuenta con más cantidad es el noroeste, pero también abundan en zonas serranas
La provincia de Buenos Aires cuenta con alrededor de 30 especies de serpientes a lo largo de todo su territorio, aunque la distribución de las mismas es dispar en las distintas regiones que la conforman y la cantidad de estas baja considerablemente hacia el sur bonaerense.
Los datos se desprenden del libro “Serpientes bonaerenses”, del naturalista e investigador Luis Alberto Giambelluca, publicado por la Editorial de la Universidad Nacional de la Plata (Edulp) en 2015.
El especialista detalla que “en la provincia de Buenos Aires se pueden contabilizar 30 especies de ofidios, los cuales estarían agrupados en 18 géneros y cuatro familias”. La familia más común de serpientes en la provincia es la Dipsadidos, conocidas como culebras, que está compuesta por 23 especies.
Giambelluca explica que los Dipsadidos tienen escamas distintas entre el dorso y el vientre, y “placas en la parte superior de la cabeza”. “Esta familia reúne especies selváticas, mesófilas y xerófilas, con hábitos alimentarios muy variados, las hay ovíparas y ovovivíparas, venenosas y no venenosas”, detalla.
Las otras familias son los Typhlopidos y los Leptotyphlopidos, que tienen aspectos similares con “tapizados con escamas iguales en toda su superficie”; y la de los Viperidos que “se caracteriza por tener diferenciada las escamas del dorso y del vientre, pero no tienen, como las culebras, placas en el dorso de la cabeza, sino escamas iguales al resto del cuerpo”.
Distribución dispar
El trabajo de Giambelluca da cuenta de que la distribución de las especies de serpientes en la provincia de Buenos Aires es dispar. El sector con más cantidad es el noroeste bonaerense, con unas 22. Asimismo, también tienen gran variedad el sistema de Tandilia (13) y el de Ventania (15).
El investigador señala además que en la “depresión del sistema Salado-Vallimanca” se da “una gran zona homogénea de cantidad de especies” y que “también se empieza a notar la pobreza ofídica por la influencia de los rigores patagónicos al sur de Bahía Blanca”.
Veneno y agresividad
En su libro, Giambelluca publica un catálogo con las especies de serpientes bonaerenses en las que se refiere a la peligrosidad de las mismas de acuerdo al tipo de veneno y forma de inocularlo, agresividad y posibilidad de encuentro.
Entre las más peligrosas está la Philodryas patagoniensis (Culebra Ratonera), de “coloración uniforme aceitunada o grisácea pardusca”. Mide unos 150 centímetros y se puede hallar frecuentemente en pastizales, pajonales, zonas pedregosas y arenales, en toda la provincia. Es agresiva y potente en cuanto a su capacidad de envenenar.
Otra agresiva es la Philodryas aestiva subcarinata (Culebra Verde), de un llamativo color verde y ojos grandes. Se puede hallar en el sector norte de la provincia y en la zona de Sierra de la Ventana “sobre pastizales, en árboles y arbustos, cerca de cuerpos de agua”. “Su veneno puede causar accidentes de consideración”, indica el trabajo de Giambelluca. Su talla es de un metro.
Asimismo, entre las más peligrosas de la provincia también está la Bothrops alternatus (Yarará Grande o Víbora de la Cruz). De 130 centímetros, esta está presente desde el extremo norte bonaerense hasta la cuenca del Samborombón y en las zonas de Tandil y Ventania. Se puede hallar en sectores selváticos, pajonales, juncales y sitios rocosos. El investigador señala que se trata de una especie “muy peligrosa, por su veneno y agresividad” y advierte que es “muy común el encuentro en zonas serranas”.
También se encuentra en Ventania la Phalotris bilineatus (suspectus), de poco más de 30 centímetros, cabeza oscura y dorso ocre claro. En el libro “Serpientes bonaerenses” se detalla que esta tiene “hábitos subterráneos” y que su veneno “puede ser muy potente”.
Otras especies venenosas y agresivas en distintos niveles que se encuentran en la provincia son la Phalotris bilineatus (spegazzinii), la Philodryas (Pseudablabes) agassizii, la Thamnodynastes hypoconia, la Thamnodynastes strigatus, la Bothrops ammodytoides, la Pseudotomodon trigonatus, la Tomodon ocellatus y la Oxyrhopus rhombifer rhombifer.
Para casos de ataques de serpientes se recomienda consultar a centros especializados y en lo posible concurrir con el ejemplar agresor. En caso de ser necesario, la persona afectada será tratada con un antiveneno o suero antiofídico.
Algunas llamativas
Entre las especies bonaerenses de serpientes se pueden encontrar algunas muy llamativas por sus colores y dibujos. Una de estas es la Lygophis (Liophis) elegantissimus, llamada coloquialmente como Culebra de Sierra de la Ventana. Mide unos 70 centímetros y tiene líneas rojas, negras y amarillas.
También está la Xenodon (Lystrophis) semicinctus, que se conoce como Falsa Coral. Esta serpiente se puede hallar en toda la provincia. Tiene un “bandeado rojo, negro y blanco en número de 14 a 22 tríadas, sólo presente en el dorso” y “hocico respingado”. Mide unos 60 centímetros.
Asimismo, es muy colorida la Lygophis (Liophis) anomalus o Culebra Listada. Su dibujo combina el rojo, el negro, el amarillo, el gris y el rosado. Su talla es de 70 centímetros y tiene manchas en la cabeza. (DIB)