Tras un mes parada por la feria judicial, la causa Maldonado recupera lentamente el movimiento. El juez Guillermo Gustavo Lleral volvió a las actividades desde Rawson y apuntó otra vez sobre una inquietud que ya había manifestado en sus requerimientos de diciembre pasado: determinar si el DNI de Santiago pudo permanecer intacto durante los 78 días que estuvo sumergido en uno de los bolsillos o si fue plantado.
Tal como había hecho con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) el magistrado ahora elevó la consulta al Gobierno nacional. Lleral le pidió a Rogelio Frigerio, ministro del Interior, que envíe un detalle de los materiales y métodos que se usan para fabricar el DNI -versión tarjeta- y además que le envíe tres copias “con datos ficticios” de ese tipo de documento con el objetivo de chequear cuánto duran en situaciones similares a las que atravesó el que estaba junto al cadáver de Maldonado entre el 1° de agosto, día que desapareció, y el 17 de octubre, cuando fue descubierto flotando sobre el río Chubut.
“Requiérase al Sr. Ministro a cargo del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda que informe pormenorizadamente los materiales y procesos empleados en la fabricación de los Documentos Nacionales de Identidad Argentinos”, pidió Lleral en una cédula fechada el 1° de febrero.
El jueves 14 de diciembre el magistrado le había pedido al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) que informara si podía analizar el documento de Maldonado con la misma finalidad. La inquietud surgió de un reclamo hecho por la familia Maldonado a través de su abogada Verónica Heredia, al que el juez hizo lugar. “No hay explicación lógica de por qué aparece el cuerpo de mi hermano recién el 17 de octubre en un lugar donde ya se había rastrillado”, dijo a fines de octubre Sergio Maldonado. El jueves, en un ciclo de charlas por los seis meses del hecho, el hermano de la víctima mantuvo su postura.
Cuando fue hallado flotando sobre el río Chubut, Maldonado tenía encima preservativos, unos 300 pesos, un bastón retractil, un encendedor y además su DNI tarjeta en uno de sus bolsillos. En principio, sorprendió que se encontrara en un “muy buen estado”, según contaron fuentes que estuvieron el día del hallazgo. Tanto, que un perito de una de las partes probó con su propio DNI cómo podía comportarse en sumersión y lo dejó en un recipiente con agua la misma cantidad de días que habría estado en el río el del joven tatuador.
La causa, caratulada aún como “desaparición forzada”, volverá a sumar fojas el martes 6 de febrero, cuando declaren como testigos en tres turnos Milton Daniel Roberts, Lucas Ezequiel Castillo y Benjamín Osvaldo Pena Garrard, buzos de los Bomberos Voluntarios de Trelew, especialistas en rescate de cuerpos en los ríos patagónicos, que participaron del rastrillaje llevado a cabo el 12 de diciembre pasado junto a dos integrantes del Equipo de Antropólogos Forenses (EAAF) y un equipo de Criminalística de la Policía Federal.
Aquella vez los buzos, convocados por Lleral, revisaron el río, su profundidad y vegetación. Se hizo inspección subacuática en el lugar del hallazgo, de toda la zona del río circundante al lugar donde estaba el cuerpo, se inspeccionó la profundidad, y se tomaron medidas desde la costa hacia el cauce. Los bomberos explicaron que el lugar donde se ahogó Maldonado es un terreno irregular, con ramas, fango y corrientes pronunciadas. “Es un río donde no es recomendable nadar, y menos en invierno por la cantidad de ramas y la poca visibilidad”, explicaron en un informe presentado a Lleral e incluido en el expediente. (InfoGEI)