En Junin prueban con humedales artificiales para el tratamiento de desechos cloacales

La localidad de Morse, en el partido de Junín, tiene aproximadamente 2000 habitantes y no posee red colectora cloacal ni planta depuradora. Las aguas residuales de cada domicilio se vierten en pozos absorbentes (o pozos ciegos) que son vaciados periódicamente con camiones atmosféricos, recolectando aproximadamente 6000 litros/día de desechos cloacales.

Los líquidos extraídos poseen concentraciones elevadas de contaminantes (materia orgánica, nutrientes, patógenos) y son volcados en plantas de tratamiento que no están diseñadas para recibirlos. O, clandestinamente, se vacían en ríos o arroyos. Esta situación, contamina las aguas de ríos, lagunas y napas, afectando su utilización para actividades recreativas, riego y consumo.

En ese contexto, el Laboratorio de Limnología, Centro de Investigaciones y Transferencia del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (CITNOBA, UNNOBA-UNSAdA-CONICET), en colaboración con el Municipio de Junín, la Delegación Municipal y la Cooperativa de la localidad de Morse están impulsando un ensayo a escala piloto, utilizando humedales artificiales para tratar parte del material extraído por los camiones atmosféricos de Morse. La información obtenida en este experimento servirá para el diseño de un humedal artificial, adaptado a las condiciones de la región, a escala para toda la población de Morse.

El proyecto fue presentado y seleccionado como uno de los ganadores del concurso Aguas Claras 2022 de la Fundación Bunge y Born, que busca financiar ideas que conecten la ciencia con problemáticas reales del agua como recurso, sinergizando la producción de conocimiento y la búsqueda de soluciones transformadoras. Como consecuencia de ello, el proyecto recibió el apoyo económico y asesoramiento para llevarlo a cabo.

“Esta idea-proyecto propone ensayar una tecnología ecológica, de bajo costo e impacto ambiental para la gestión de los lodos extraídos de pozos absorbentes, replicable en muchos lugares del país. Para este tratamiento, utilizamos una tecnología, llamada lecho de secado con plantas, que no es más que un humedal artificial de flujo vertical”, explica la doctora Romina Schiaffino, investigadora (CONICET, CITNOBA, UNNOBA-UNSAdA) y docente de la UNNOBA.

Schiaffino señala que el humedal está formado por un “medio poroso de piedras de distintos tamaños y arena, y plantas acuáticas en la superficie, que sirven para filtrar los contaminantes”. “Estamos ensayando estos lechos a pequeña escala y realizando la parte experimental para ver si eso funcionan bien en estas latitudes, con este tipo de clima, y con el tipo de desechos cloacales que vamos a probar”, comenta.

“Son dos pequeñas piletas hechas con paredes de ladrillos y fondo de cemento. Cada lecho tiene 2 x 2,5 metros (5 m2), y un metro de profundidad. En el fondo tiene un caño de PVC perforado que recibe los lixiviados o líquidos que se infiltran. Después vienen varias capas de piedra de distintos tamaños y en la superficie una capa de arena plantada con plantas acuáticas emergentes, juncos o totoras”, explicó Romina Schiaffino a SemanarioJunin.

La tecnología de humedales artificiales se comenzó a utilizar entre los años setenta y ochenta en Estados Unidos y Europa para el tratamiento de aguas residuales. En Latinoamérica, en general y en nuestro país en particular, es una tecnología poco utilizada, a pesar de la extensión y disponibilidad de terreno con la que disponemos en la mayor parte de nuestro territorio. Lo novedoso e innovador en este proyecto es implementar y adaptar esta tecnología a las problemáticas locales, considerando su alta relación costo-beneficio económico, ya que no requiere insumos ni energía, tiene alta eficiencia y se integra bien al paisaje rural.

“Estos ensayos van a permitir obtener los criterios de construcción y manejo del humedal artificial a escala real a construir en el futuro, es decir, que vamos a conocer qué dimensiones debe tener, la tasa de carga óptima, la eficiencia de saneamiento que se puede obtener con esta tecnología”, especifica Schiaffino, líder del proyecto.

“La falta de tratamiento de las aguas residuales domésticas es un problema que atraviesa a la Argentina y a toda Latinoamérica, y afecta no sólo a las poblaciones rurales sino también a la periferia de las grandes ciudades. La idea con este tipo de proyectos es reducir la contaminación de suelos, aguas subterráneas y superficiales. Son desechos que generamos nosotros, así que tenemos que ser conscientes de ello y buscar soluciones apropiadas”, enfatiza Schiaffino. (InfoGEI)