En los últimos días las palabras estreptococo, bacteria, faringitis y pyogenes resuenan en los medios de comunicación generando cierta preocupación en la opinión pública, tras haberse confirmado 16 fallecimientos por esta infección en el país.
Según informó el ministerio de Salud de la Nación, cuatro provincias concentran 75 de los 118 casos confirmados de infección invasiva por Streptococcus pyogenes, conocido también como estreptococo betahemolítico del grupo A, que es la causa bacteriana más frecuente de faringitis aguda.
Según el Boletín Epidemiológico Nacional (BEN) publicado por el Ministerio de Salud, la mayor cantidad de casos confirmados en 2023, acumulados hasta la semana epidemiológica 26, se concentran en las provincias de Buenos Aires (35), Santa Fe (20), Chubut (10) y Tierra del Fuego (10). Las muertes se registraron en la provincia de Buenos Aires (4); Chubut (2); Mendoza (1); Río Negro (2); San Luis (1); Santa Fe (3) y Tierra del Fuego (3).
El Boletín notificó que este año 17 jurisdicciones notificaron casos confirmados de infección invasiva por Streptococcus pyogenes: Buenos Aires (35), Ciudad de Buenos Aires (9), Catamarca (1), Chaco (6), Chubut (10), Córdoba (2), Entre Ríos (4), Mendoza (4), Misiones (1), Neuquén (1), Río Negro (9), San Luis (1), Salta (1), Santa Cruz (2), Tierra del Fuego (10), Santa Fe (20) y Tucumán (2). Además, Catamarca, Misiones, Neuquén, Salta, Santa Cruz, Tierra del Fuego y Tucumán, presentaron casos en 2023 y no habían registrado notificaciones en el período 2019-2022.
La bacteria comúnmente origina la faringo amigdalitis pultácea o angina con placas, que se asocia a dolor y pus en la garganta, fiebre de 39 grados, decaimiento, que se trata con drogas muy básicas, como la penicilina oral o derivados de la misma como la amoxicilina. No obstante, por sus diversas toxinas, puede generar una reacción en piel, la escarlatina, que también comienza con garganta roja y adolorida, fiebre, erupción color rojo con textura de papel de lija, piel de color rojo intenso en los pliegues de axila, codo e ingle, recubrimiento blancuzco sobre la lengua o el fondo de la garganta, lengua con apariencia de frambuesa, dolor de cabeza, náuseas o vómitos, inflamación de los ganglios y dolores en el cuerpo.
La transmisión ocurre por contacto directo con una herida en una persona infectada o a través de gotitas eliminadas con la tos, los estornudos o al hablar. El período de incubación para la enfermedad varía de acuerdo a la presentación clínica, entre 1 a 3 días.
La higiene de las manos y la higiene personal pueden ayudar a controlar la transmisión. Ante la presencia de algunos de síntomas es importante evitar la automedicación con antibióticos y realizar una consulta médica.
En el caso de recibir indicación médica de tratamiento antibiótico, es fundamental completar el esquema (no acortar ni abandonar los tratamientos anticipadamente), ya que la utilización inadecuada de los antibióticos promueve la resistencia bacteriana, hecho que atenta contra su efectividad en el futuro. Además, es importante no compartir objetos de uso personal (cubiertos, vasos, toallas, entre otros) y ventilar adecuadamente y de forma regular los ambientes.
Vale recordar que en diciembre de 2022 esta misma bacteria generó preocupación en el hemisferio norte, principalmente en Reino Unido, donde se detectaron más casos pediátricos y varias muertes por infección grave. Las variaciones en la circulación de virus y bacterias son materia de estudio en el mundo por la resistencia a los antimicrobianos o medicamentos que los combaten y por las alteraciones que han surgido tras la pandemia de Covid-19. (DIB)