La Dirección General de Aduanas (DGA) secuestró una calavera oculta dentro de una caja de cartón al pasar una encomienda postal internacional por el escáner del Centro Postal Internacional (CPI) de la ciudad de Monte Grande, en la provincia de Buenos Aires. El macabro hallazgo se suma al descubrimiento días atrás de la cabeza momificada de un niño en una sucursal porteña del Correo Argentino.
En este nuevo caso, los inspectores aduaneros dieron aviso a la Justicia tras el resultado del escáner y obtuvieron la autorización para abrir el paquete, una caja de cartón envuelta en papel color marrón, en apariencia discreta, que iba dirigida a Estados Unidos.
Al abrir la encomienda, el personal del organismo que dirige Guillermo Michel se encontró con un cráneo humano en una bolsa de nylon transparente, en infracción con la reglamentación nacional.
Dentro de la caja también había una factura por 295 dólares y cinco hojas con texto en inglés cuyo título, traducido al español decía: “Guía para la importación de restos humanos a los Estados Unidos para entierro o subsiguiente cremación”, se indicó a través de un comunicado.
Aval del Senasa
Más allá de la normativa del país de destino, el envío de restos óseos no corresponde al régimen de encomiendas postales de Argentina y, en el caso en que se quisiera realizar la exportación de un resto óseo, la operación debe contar con el aval del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
Por lo tanto, los inspectores aduaneros procedieron al secuestro del envío postal, dieron comunicación formal a la fiscalía de turno y elevaron su informe al juzgado actuante.
Asimismo, dado que la calavera podría ser un resto de valor arqueológico, convocaron al Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano para su peritaje.
La cabeza de un niño
Por otra parte, en los últimos días del año pasado la Aduana encontró en el chequeo con el escáner la cabeza de un niño momificada que iba a ser enviada a Estados Unidos.
Ocurrió en el mismo lugar, el CPI de Monte Grande. La caja había sido entregada en una sucursal del Correo Argentino en el barrio porteño de San Telmo y había sido marcada como un juguete, un “adorno artesanal de Spiderman”. Sin embargo, el escáner reveló formas compatibles con huesos, por lo que fue abierta de inmediato al sospechar que se tratarán de restos humanos.
El envío contenía, efectivamente, una máscara de Spiderman. Pero dentro de la máscara estaba la cabeza decapitada de un niño, envuelta en lana y sostenida por un gorro de lana. Según se informó en el momento en base a un análisis preliminar, los restos parecían corresponder a un chico de entre 9 y 12 años. (DIB)