(Por Leo Graciarena- La Capital)El asesinato de Mauricio Cordara, chofer de un dirigente sindical el pasado viernes 18 de noviembre en la ciudad bonaerense de Colón, no sólo expuso que el sicario utilizado pudo haber sido contratado en Rosario sino que también destapó la operatoria de una banda que desde la cárcel de Piñero coordinaba robo de autos que de manera habitual son aportados para hechos violentos. Muchos de esos vehículos pasaban al mercado legal truchando papeles y chasis de un auto robado (ponchar).
Este martes efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) en conjunto con la DDI Colón de la policía bonaerense realizaron cuatro allanamientos en barrio Hostal de Sol y otro en un calabozo de Piñero. En la prisión allanaron la celda de un preso encausado por robo de automotores que para la investigación lidera una banda de ladrones de autos. Además detuvieron a su novia de 24 años y a un hombre de 33 que sería “uno de los ocupantes” del Fiat Palio Attractive rojo que trasladó a la escena del crimen al sicario que asesinó de nueve balazos a Cordara. Los dos detenidos y el preso serán imputados de encubrimiento y quedarán a disposición de la Justicia bonaerense que investiga el asesinato del chofer.
Participantes
El preso en Piñero es Angel Ochoa. En su celda del pabellón 20 encontraron 21 celulares. Para la investigación, Ochoa vendió el Palio rojo usado en el crimen del chofer del gremialista.
En Tarragona al 1800 bis fue detenido Fernando Sebastián B., de 33 años, “uno de los pasajeros del auto que usaron en la balacera mortal“, según se explicó. En el pasaje 13107 al 3100, en la ex Zona Cero, fue detenida la pareja de Ochoa, Marilín A., de 24 años, a quien se le incautaron 3.600.000 de pesos, 2.400 dólares de los que no pudo dar cuenta en el marco de la legalidad y un VW Vento.
En principio estas tres personas serán imputados el viernes próximo al menos por el delito de encubrimiento agravado. Posteriormente quedarán a disposición de la fiscal de Colón Magdalena Brandt, quien les imputará su participación en el asesinato de Cordara, chofer de Pablo Ansaloni, ex diputado nacional y dirigente de Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) y de Osprera (Obra Social de los Trabajadores Rurales y Estibadores de la República Argentina).
La investigación por el asesinato de Cordara tiene dos expedientes abiertos. Uno en la provincia de Buenos Aires, por el asesinato propiamente dicho que lleva adelante la fiscal Brandt. Otro en manos del fiscal Matías Edery, de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos de Rosario, que investiga la ruta que siguió el Fiat Palio rojo utilizado por los asesinos de Cordara.
A fines del año pasado Monchi Vallejos, Angel “Negro Blas” Sosa, de 30 años y su hermana Fátima fueron imputados por haber recibido el Palio rojo que se utilizó para matar a Cordara. Ninguno de estos tres acusados fueron requeridos por la fiscal de Colon.
Del seguimiento del Fiat Palio pudo trazarse que había sido robado a mano armada en localidad bonaerense de La Tablada el 28 de agosto pasado. Luego le colocaron una patente robada a un auto similar en Monte Grande, a 25 kilómetros de Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Luego el vehículo fue trasladado 327 kilómetros hasta Rosario, donde fue guardado en una cochera. Posteriormente transitó 125 kilómetros hasta Colón, provincia de Buenos Aires, y luego regresó a Rosario.
El crimen
Pasadas las 17 del viernes 18 de noviembre Cordara, de 45 años y padre de dos hijos, llegó en un Volkswagen Vento a la casa de Ansaloni, en la calle 20 entre 43 y 44 de Colón. Con él iban dos hijos adolescentes de su jefe.
El chofer se aprestaba a bajar el equipaje del baúl cuando, según captaron cámaras de vigilancia de la casa de Ansaloni, apareció por atrás un hombre vestido con gorra, una remera celeste, jeans y zapatillas, le apuntó con un arma y sin mediar palabra lo acribilló a balazos calibre 380. Cordara cayó detrás del auto con entre seis y nueve impactos en su cuerpo. El asesino corrió hasta la esquina donde lo esperaba un cómplice en un auto rojo.
El asesinato explotó en el seno de la Uatre donde aún se disputa la sucesión del histórico Gerónimo “Momo” Venegas, muerto en 2017. La investigación no demoró en enfocarse en una interna gremial de Uatre/Osprera que tiene su origen tras la muerte por coronavirus de Ramón Ayala, quien ocupó el máximo cargo del sindicato y la obra social de los trabajadores rurales tras el deceso de Venegas.
Otro detalle que no escapó a la investigación fue que Ansaloni tenía la costumbre de ir a buscar a sus hijos al colegio por lo que no descartan que los disparos estaban dirigidos a él. La causa quedó en manos de la fiscal Brandt, quien caratuló la causa como homicidio agravado por ensañamiento y alevosía.
Un auto rojo
Desde la DDI de Colón, a partir de la las cámaras de videovigilancia, lograron identificar detalles del Palio rojo y lograron inferir la ruta de la fuga, que finalizaba en Rosario. Así fue que personal de Inteligencia de la AIC recibió fotos del Palio detectado por cámaras en el oeste rosarino. Luego fueron por más información al Centro Integrado de Operaciones de la Municipalidad cuyas nuevas cámaras pueden leer patentes incluso adulteradas. Así, el Palio rojo con el dominio que exhibía en la escena del crimen en Colón fue detectado entre el 17 y el 24 de noviembre en cruces como Casiano Casas y Sorrento, o Eva Perón y Provincias Unidas.
Del informe se concluyó que el auto frecuentaba la zona de Casiano Casas y Sorrento, y se dedujo que por las noches debería estar guardado en esa zona. Así, se diseñó un operativo para patrullar todo el día los barrios Larrea, Empalme, Sarmiento, Parquefield, Fisherton y Alberdi.
Por esos días también surgió un dato que lo ubicaba en una cochera de zona oeste pero no estaba. Sin embargo se supo que había estado allí junto con un utilitario también robado. Esa pista situó a un tal “Negro Blas” Sosa como quien lo había llevado a ese garaje.
El “Negro Blas” estaba apuntado como presunto miembro de una banda de escruchantes (ladrones que roban casas en ausencia de sus moradores) organizada desde la cárcel de Piñero. Y a partir de este operativo también se presume que podría tener negocios con los vehículos robados.
Con un sospechoso ya identificado, siguió la búsqueda del Palio que fue detectado por la AIC, que orquestó un seguimiento hasta que detuvieron a su conductor en una estación de servicio de Baigorria y Circunvalación donde fueron detenidos sus ocupantes: una pareja con su nieto. En ese procedimiento surgió inesperadamente la posible conexión entre el crimen de Cordara y la banda de los Romero. El detenido era el padre de Lichy Romero.
Ese arresto originó allanamientos. En México al 900 requisaron la cochera donde Blas guardaba el Palio antes del crimen en Colón. Blas cayó en un pasaje de barrio Larrea. También se allanó la casa de Vallejos en Nuevo Alberdi y la celda de Lichy en Piñero, donde está desde 2017, cuando fue arrestado sospechado de liderar una banda que cometía violentos robos. El día siguiente a la acusación de Vallejos y el Negro Blas fue detenida Fátima, una de las hermanas del último mencionado, quien también fue acusada por el fiscal Edery.(Crédito La Capital)