La Organización Mundial de la Salud (OMS) registró 5.322 casos confirmados en laboratorio de viruela del mono, en 53 países de todo el mundo, lo que significa un aumento de más del 50% con respecto al balance anterior del 22 de junio.
“La OMS sigue pidiendo a los países que presten especial atención a los casos de viruela del mono, para tratar de limitar las contaminaciones”, expresó la vocera de la organización, Fadela Chaib, en una conferencia de prensa en Ginebra.
La agencia de salud había estimado la semana pasada que el actual brote de viruela del mono, aunque muy preocupante, no constituía “una emergencia de salud pública de alcance internacional”, el más alto grado de alerta de la organización.
Europa sigue siendo la región más afectada por el virus, con 85% de los casos, mientras que otros 53 países se ven afectados.
Desde mayo se detectó un aumento inusual de casos de viruela del mono fuera de los países de África Central y Occidental, en los que el virus circula habitualmente.
Durante la conferencia de prensa, la portavoz indicó que aunque la mayoría de los casos se refieren a hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, “otros grupos vulnerables también están en riesgo”.
“Han habido algunos casos en niños y en personas que tienen un sistema inmune comprometido”, subrayó.
Conocida en el ser humano desde 1970, esta enfermedad se considera mucho menos peligrosa y contagiosa que la viruela, erradicada en 1980.
La viruela del mono, que se manifiesta con síntomas gripales y erupciones cutáneas, generalmente se cura por sí sola después de dos o tres semanas.
Recomendaciones para la población
La viruela símica se transmite de una persona a otra por contacto cercano con lesiones, a través de partículas respiratorias y materiales contaminados, como la ropa de cama.
En el actual brote en distintos países no endémicos, los cuadros clínicos son leves y la mayoría presenta –de la misma manera que los casos detectados hasta ahora en Argentina– lesiones en diferentes partes del cuerpo, incluyendo genitales o el área perigenital, lo que indica que la transmisión probablemente ocurra a través del contacto físico durante actividades sexuales.
Los síntomas más frecuentes son fiebre, dolor de cabeza, muscular o de espalda, inflamación de ganglios y cansancio. Entre uno y cinco días posteriores se agrega erupción en la piel, que pasa por distintos estadios hasta formar una costra que luego se cae. Las personas infectadas contagian hasta que se hayan caído todas las costras.
Se está observando en los casos fuera del continente africano que la presentación puede ser atípica ya sea con una o pocas lesiones, e incluso se han notificado casos con ausencia de ellas; lesiones que comienzan en el área genital o perineal/perianal y no se extienden más; lesiones que aparecen en diferentes etapas (asincrónicas) de desarrollo; y surgimiento de lesiones previas a la aparición de ganglios linfáticos inflamados, fiebre, malestar general u otros síntomas.
Los modos de transmisión durante las relaciones sexuales siguen siendo desconocidos. Si bien se sabe que el contacto físico cercano puede conducir a la transmisión, no está claro aún qué papel juegan los fluidos corporales sexuales, incluidos el semen y los fluidos vaginales.
Las medidas de prevención incluyen evitar el contacto estrecho con casos confirmados y con personas que tengan síntomas compatibles.
Quienes presenten alguno de los síntomas descriptos deberán consultar de manera inmediata para ser evaluado por un profesional de la salud, utilizar barbijo adecuadamente colocado y evitar contactos estrechos con otras personas. (DIB)