Una mujer comenzará a ser juzgada desde este lunes en los tribunales de Pergamino acusada de matar de un balazo a su pareja, cuyo cuerpo luego fue descuartizado, en la localidad bonaerense de Colón en mayo del 2019, y la defensa de la imputada adelantó que pedirá su absolución, al sostener que fue víctima de violencia de género y drogada para ejercer la prostitución contra su voluntad, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Mafalda Beatriz Secreto (65), quien llega al debate oral detenida bajo el régimen de prisión domiciliaria e imputada del delito de «homicidio agravado por el vínculo», en perjuicio de José Luis Arenas (60).
El juicio comenzará a las 9 en la sede los tribunales de la ciudad de Pergamino, ubicados en la calle General Pinto 1251, y estará a cargo del Tribunal Oral Criminal (TOC) 1, presidido por el juez Guillermo Burrone.
En representación del Ministerio Público Fiscal (MPF) estará Ignacio Uthurry, quien también se encargó de la etapa de instrucción en la causa, mientras que Secreto será defendida por la abogada Raquel Hermida Leyenda.
La letrada dialogó con Télam y contó que asumió la defensa de la mujer a principios de 2020, cuando se encontraba alojada en la Unidad Penal 47 de San Martín y pocos meses después, logró que le otorguen la prisión domiciliaria, medida que anteriormente había sido rechazada.
De acuerdo al relato de Hermida Leyenda, Secreto «es una conocida costurera y modista de la ciudad de Colón» y tenía una microemprendimiento con varias empleadas.
La mujer, que se encontraba divorciada, inició una relación de pareja con Arenas, con quien comenzó a convivir en su casa, y al poco tiempo el hombre empezó a amenazarla, a hostigarla verbalmente y a ejercer violencia física.
Tal es así que «la golpea brutalmente para sacarle el dinero, de tal manera que a veces ella a veces no podía seguir trabajando porque tenía que ir a lo de un empresario a buscar las órdenes para una costura y no podía salir de la casa», aseguró la abogada.
Luego, Secreto «empieza a darse cuenta que él la drogaba, porque sentía sueño, cansancio, no podía levantarse para abrir el negocio», además de presentar «lesiones vaginales», tras dormir.
«Tenía imágenes raras de hombre que venían a su cuarto, hombres que insistentemente la violaban», relató Hermida Leyenda y explicó: «Él (Arenas) la prostituía a la noche con gente que venía de Rosario».
Sin embargo, el quiebre de Secreto, según su abogada, fue advertir que un día su nieto, al que estaba cuidando, también había sido drogado, al tiempo que Arenas le dijo que iba a vender su casa, además de amenazarla «con prostituir a sus hijas y a su nieta».
Esa noche, «él se pone en la cama, pone una de sus armas sobre su pecho y le dice que vaya a buscar algo a la cocina. Ella se levanta y sobre el escritorio ve la otra arma, vuelve al dormitorio y le dispara», señaló la letrada.
En cuanto a ese acto, Hermida Leyenda aseguró que «las pericias psicológicas y psiquiátricas de la asesoría pericial de Pergamino en realidad no tuvieron ni una sola contradicción con los peritos de parte de la Red de Contención –equipo creado por la abogada-, si no por el contrario, todos acordaron que era evidente que Mafalda había vivido un trastorno mental transitorio».
La letrada adelantó que pedirá la absolución de su defendida por la violencia de género sufrida durante la relación, «un delito permanente que la lleva a accionar en una situación de legítima defensa, porque ella unos días antes le había mandado un mensaje a él, que no daba más, y pidiéndole que no la matara».
«Evidentemente la situación era límite en ese momento», concluyó la abogada.
El juicio comenzará con los alegatos de apertura de las partes y se espera que declaren cerca de diez testigos en la primera jornada del debate, que finalizará el próximo 17 de junio.
El crimen de Arenas
El cuerpo de Arenas fue encontrado el 1 de junio de 2019 en una vivienda ubicada en la calle 11 entre 50 y 51, de Colón, localidad ubicada a 50 kilómetros de la ciudad de Pergamino, en el norte bonaerense.
Según informaron voceros judiciales, esa mañana Secreto fue a la casa de su hermano para decirle que había asesinado a su pareja, y que necesitaba ayuda para deshacerse del cadáver.
Horas después, el hombre se presentó en la comisaría local para informar a la Policía lo que había ocurrido.
Tras esto, los efectivos concurrieron a la vivienda de la hermana del denunciante y en ella se encontraba la mujer, quien ante las consultas de los efectivos reconoció el hecho, por lo que fue trasladada a la seccional, mientras que la casa fue perimetrada a la espera del arribo de personal de Policía Científica y del fiscal interviniente.
Tras el ingreso a la finca, los peritos hallaron el cadáver de Arenas en un galpón ubicado en el fondo del terreno, tapado con la lona de una pileta, indicaron fuentes judiciales.
El cuerpo estaba boca abajo y descuartizado, ya que le faltaban los miembros inferiores a la altura de la rodilla, y el brazo derecho desde el codo, y además presentaba un orificio de entrada en el maxilar derecho.
De acuerdo a la autopsia, Arenas murió producto del disparo de arma de fuego, que le produjo una hemorragia y un hematoma en la nuez.
Según los testimonios de vecinos, existían situaciones violentas y amenazas del hombre a la mujer, a la que incluso llegaron a ver golpeada.
Por este motivo, la imputada había realizado una exposición en la comisaría de la mujer, que dio intervención al Juzgado de Paz, y en la que ella solicitó una prohibición de acercamiento, pero finalmente Arenas -que había abandonado el hogar- volvió a la casa y se desestimó ese pedido. Crédito: Télam