Los casos de personas con viruela del mono fuera de África siguen aumentando: los confirmados en países donde la enfermedad no es endémica suman 643, según indicó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Europa es el continente donde hay más preocupación: Reino Unido alcanzó los 190 infectados, seguido por España, con 142. En Portugal se registraron 119, en Alemania 44, en Francia 17, en Italia 14 y en Bélgica 10.
En América, el virus está presente de norte a sur. Canadá reportó 54 casos, Estados Unidos 19, México 1, Costa Rica presenta un caso sospechoso así como Bolivia, Paraguay y Uruguay. Argentina confirmó dos contagios y Brasil tiene tres en estudio.
Cualquier persona corre el riesgo de infectarse si tiene un contacto físico estrecho con alguien que tenga viruela del mono. El titular de la OMS señaló que, como la situación está evolucionando, espera que se encuentren más casos. “Es importante recordar que, por lo general, los síntomas de la viruela del mono se resuelven por sí solos, pero pueden ser graves en algunos casos”, añadió.
Si bien no hay tratamiento ni vacuna para esta enfermedad, la vacunación antivariólica previa ha resultado también muy eficaz para prevenir la viruela símica.
Transmisión
El virus de la viruela símica es transmitido a las personas por diversos animales salvajes, como roedores y primates, pero tiene una propagación secundaria limitada a través de la transmisión de persona a persona. Se han identificado varias especies animales susceptibles al virus de la viruela símica, como ardillas listadas, ardillas arborícolas, ratas de Gambia, lirones enanos africanos, primates no humanos y otras especies.
La transmisión de animales a humanos (zoonosis) se produce por contacto directo con la sangre, los líquidos corporales o las lesiones de la piel o las mucosas de animales infectados.
La transmisión de persona a persona puede producirse por contacto estrecho con secreciones de las vías respiratorias o lesiones cutáneas de una persona infectada, o con objetos contaminados recientemente. La transmisión a través de gotículas respiratorias suele requerir un contacto cara a cara prolongado, lo que aumenta el riesgo para los profesionales de la salud, los miembros del hogar y otros contactos estrechos de casos activos. Sin embargo, la cadena de transmisión documentada más larga en una comunidad ha aumentado en los últimos años de seis a nueve infecciones sucesivas de persona a persona. Esto puede ser un reflejo de la disminución de la inmunidad en todas las comunidades debido al cese de la vacunación contra la viruela.
La transmisión también puede producirse a través de la placenta de la madre al feto (lo que puede generar casos de viruela símica congénita) o por contacto estrecho durante y después del nacimiento. (DIB)