(Por Marien Chaluf, de la redacción de DIB )Más de 30 pacientes con diagnóstico de cáncer de mama y un grupo de médicos de todo el país, liderados por Fernando Petracci –reconocido oncólogo y ultramaratonista–, se lanzaron a una expedición en las profundidades de la Cordillera de los Andes, una experiencia vital y transformadora que buscó desmitificar ideas sobre el cáncer, reafirmar la importancia de la prevención y homenajear a quienes murieron a causa de esa enfermedad.
El 4, 5 y 6 de marzo pasados, pacientes y especialistas se lanzaron a la travesía del reconocido “Trekking al Avión de los Uruguayos”, en el Valle de Las Lágrimas en Mendoza. Una caminata de 50 kilómetros en tres días, en la Cordillera de los Andes y a los pies del Cerro “El Sosneado”, un volcán de 5100 metros, que incluyó acampes y noches en la montaña.
Allí fue donde cayó el avión de la fuerza aérea uruguaya que trasladaba al equipo de rugby Old Christians de ese país en 1972, cuando chocó contra un pico y perdió todo contacto. La expedición coincide entonces con los 50 años del llamado “Milagro de los Andes”, otra historia de superación y supervivencia en la que el equipo de médicos y pacientes encontró inspiración.
Bajo el lema “Volver a la vida después del cáncer de mama”, el grupo estuvo integrado por una decena de médicos, cinco integrantes del equipo de guías y 31 pacientes, entre ellas, un varón. El cáncer de mama en hombres es poco frecuente pero existe, y la travesía también buscó promover la prevención masculina de la enfermedad.
“La montaña te hace sincerarte, te saca de tu rol, de tu lugar de confort y fuimos un solo cuerpo entre las 50 personas, muchas hasta esa fecha desconocidas”, escribió en su cuenta de Facebook Sergio Daniele, oncólogo platense de referencia y uno de los organizadores de la experiencia.
En diálogo con DIB, Daniele –jefe del Servicio de Oncología en el Hospital Italiano de La Plata y en la clínica Breast– contó que fue uno de los primeros convocados por Petracci, a quien conoce desde la época de la Facultad de Ciencias Médicas en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y con quien había organizado varios eventos relacionados a la difusión del tratamiento y la prevención del cáncer de mama.
“La historia de los uruguayos me había conmovido en mi adolescencia y después del llamado de Fernando con la propuesta me invadieron un montón de deseos: me gusta la montaña, me gusta el trekking y me parecía muy motivador. Pero también me surgieron preguntas: cómo convocar a las pacientes, teniendo en cuenta no solo el desafío físico sino también el aspecto emocional muy fuerte”, relató el médico.
Uno de los propósitos del viaje es ayudar a incorporar la idea de que la actividad física mejora la calidad de vida y reduce el impacto de los efectos secundarios de los tratamientos.
Finalmente, fueron cuatro las pacientes platenses que aceptaron el desafío: Cecilia García, Gabriela Cosoli, Laura Scarmozzino y Paola Rojas. “La profundidad de la experiencia liberó las barreras de la relación médico-paciente”, contó Daniele. “En medio de todas las incomodidades de la naturaleza, la montaña a la vez te ofrece una belleza y una inmensidad enormes, y te permite acercarte a la persona desde otro lugar, por fuera de los roles que la sociedad nos impone”.
Los principales objetivos de la experiencia fueron desmitificar las ideas erróneas que aún circulan sobre la enfermedad y también homenajear a quienes murieron por su causa. “Todavía la palabra cáncer tiene un peso negativo altísimo, pero hay que difundir que afortunadamente con la detección precoz y con el tratamiento adecuado la tasa de curación de cáncer de mama a nivel global es de un 90%”, explicó Daniele.
“Un momento muy emotivo fue cuando llegamos a la cumbre, donde está el monumento en homenaje a los jóvenes uruguayos. Tratamos de dar una visión optimista que transforme la mirada sobre el cáncer pero también siempre nos acordamos de las pacientes, de las compañeras que no pudieron superar la enfermedad. Ese momento, el de la llegada, se lo dedicamos a ellas”, aseguró.
“Cerrar una etapa”
Gabriela Cosoli y Cecilia García se conocían de la quimioterapia que realizaron en plena cuarentena pero no sabían sus nombres. Se vieron nuevamente casi dos años después en la casa de Sergio Daniele, en un encuentro que el oncólogo organizó previo al viaje para que el grupo platense se presentara.
“Me entusiasmé enseguida porque me encanta la montaña, me encanta caminar pero un poquito de miedo y de incertidumbre me daba”, contó Cecilia García en diálogo con DIB. García es médica hematóloga y dice que el viaje, además, la ayudó a ponerse del lado del paciente.
“Tuve el diagnóstico en plena pandemia y ese año no existió, fue como una película, no sé si había caído en lo que me pasó realmente, así que sirvió sin dudas para cerrar una etapa”, señaló.
Cecilia recuerda que en los 50 kilómetros de caminata hubo que cruzar ríos helados, acampar sin comodidades y lidiar con el cansancio lógico de una travesía de esa magnitud. Además, del factor emocional con el que todas y todos cargaban. “La mayoría de las chicas estaban muy emocionadas y al escucharlas me di cuenta que no había tomado dimensión de mi enfermedad. Cuando llegué a la cima tuve un nudo en la garganta. Volví renovada y fue una experiencia transformadora”.
Gabriela, en tanto, fue diagnosticada con cáncer de mama en 2018, poco después de la muerte de su mamá por esa causa. “Cuando me dijeron que tenía cáncer me negué al tratamiento y hoy soy una agradecida no solo de la parte médica sino también de la dimensión humana de los doctores. Sergio (Daniele) es un ser de otro planeta, me tuvo una paciencia infinita”, contó a DIB.
Para Gabriela, quien es madre de dos hijos adolescentes, la experiencia la ayudó a sanar de forma espiritual. “Todas cargábamos con una historia fuerte. Transmitir en palabras lo que vivimos es casi imposible. Hubo algo mágico, eran las ganas de vivir”. Y desde ahora, tiene una premisa: “La naturaleza es la inmensidad pero también lo simple, por eso digo que hay que disfrutar de las cosas simples, no hay mucho más”. (DIB)