En la mañana del domingo aparecieron destrozadas por lo menos dos luminarias en el paseo ubicado en boulevard 17 entre 51 y 52, que se distinguen de otras que fueron dañadas.
Las mismas debieron ser inutilizadas con un objeto contundente, que de por si habla de la violencia existente en los atacantes.
Este tipo de situación no recibe titulares en los diarios pero es cotidiana y persistente. Se puede observar en las pintadas de edificios públicos y privados (por ejemplo en la guardia del Hospital Municipal) y le cuesta a toda la sociedad, juntos con los accidentes de tránsito evitables, mordeduras de perros callejeros, decenas de viviendas –entre otras cosas- que se podrían construir cada año para dar mayor integración social, única salida opositora a una sociedad violenta.