Mito, creencia religiosa o realidad verificable, todos los años para el 30 de agosto se espera la llamada tormenta de Santa Rosa.
Muchos aseguran que se adelanta o se atrasa unos días, pero año tras año, esa tradición se mantiene y se aguarda la lluvia. Y el aguacero, representa una especie de despedida al invierno y previa del reverdecer primaveral.
No obstante, para que se produzcan tormentas se deben generar determinadas condiciones atmosféricas, por lo que Santa Rosa no suele estar presente en todas las latitudes.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) especificó en una publicación alusiva a la fecha, que “según el glosario meteorológico de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), para que haya tormenta tiene que haber actividad eléctrica”, de modo que “una lluvia sin la presencia de descargas bruscas de electricidad atmosférica acompañadas por un resplandor (relámpago) y un ruido (trueno), no clasifica como tormenta”.
Asimismo, indicó que “las tormentas se asocian a nubes denominadas convectivas (cumulonimbus) las que, generalmente (aunque no siempre), generan precipitaciones intensas en forma de chaparrón de lluvia o, en ocasiones, de nieve o granizo, así como también vientos fuertes”.
En cuanto a las áreas geográficas, el organismo fue más preciso aún. “En regiones como la Patagonia no es común tener la formación de tormentas, así que la frecuencia de Santa Rosa es muy baja. Algo similar ocurre en el Noroeste Argentino (NOA), donde la época está marcada por la estación seca y predominan los días despejados y con mucho sol”.
No obstante, las zonas en la que sí es frecuente la generación de tormentas en esta época son “el centro y noreste argentino”. De ese modo. Según el SMN “desde mediados y finales de agosto, la atmósfera es sometida a cambios en su circulación debido a la proximidad de la primavera, lo que favorece la presencia de aire cálido, más humedad y condiciones propicias para su desarrollo”.
Estadísticas desde 1906
El SMN elaboró un informe en base a estadísticas del Observatorio Central Buenos Aires (OCBA), que posee una base de datos de más de 100 años, para determinar si la tormenta de Santa Rosa ha ocurrido efectivamente con regularidad.
En primer lugar, consideró los datos del 25 de agosto al 4 de septiembre (cinco días antes y después de Santa Rosa) desde 1906 hasta 2020; luego, contabilizó, para cada año, la cantidad de días consecutivos con tormentas y la lluvia acumulada; en caso de registrarse más de un evento de tormentas en los diez días considerados, se contabilizó solo el que dio lugar a mayor cantidad de agua caída.
El resultado del análisis demostró que, en los 115 años de registro, en 64 oportunidades (55% de los casos) se produjeron tormentas en esas fechas, aunque no siempre estuvieron asociadas a precipitaciones intensas y/o abundantes.
¿Viene Santa Rosa?
El SMN subrayó que este 2020 “al menos hasta el lunes 30, las condiciones de buen tiempo y ascensos de temperatura van a predominar en gran parte de la zona central y norte”.
No obstante, aclaró que “a partir del martes 31, se espera que un frente frío comience a generar precipitaciones en forma de chaparrones y tormentas, en el norte patagónico y la provincia de La Pampa. Este sistema va a continuar desplazándose hacia el este en el transcurso de ese día, y entre el final del martes y la mañana del miércoles, la ‘tormenta de Santa Rosa’ podría llegar a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y al sur del Litoral”, atravesando la provincia de Buenos Aires.
La leyenda
La leyenda de la tormenta de Santa Rosa se remonta al año 1615 y se sitúa en “Ciudad de Los Reyes”, actual ciudad de Lima, capital de Perú. Una religiosa llamada Rosa encabezó una plegaria ante el posible desembarco de piratas holandeses que ya habían asaltado el puerto vecino puerto de Callao. Sin previo aviso, una gran tormenta impidió que las embarcaciones se acercaran a tierra y así, la ciudad de Lima quedó a salvo. Los creyentes comenzaron a atribuir la presencia de la tormenta y la huida de los piratas al poder místico de Rosa. Es así que el 30 de agosto se celebra la festividad católica de Santa Rosa de Lima. (DIB)