Los vecinos de Chacabuco, y particularmente los ligados al club de pescadores de la laguna de Rocha, están (otra vez) en pie de guerra contra el gobierno municipal de Junín, al tiempo que presionan a sus propios funcionarios, para que exijan darle una solución al tema del volcado de residuos cloacales al río Salado que, por su natural cauce, los termina depositando en territorio chacabuquense.
Según da cuenta Semanario de Junín, para analizar este conflicto hay que remontarse al 2008 cuando un grupo de vecinos de Chacabuco promovió una denuncia penal por contaminación contra el por entonces intendente de Junín, Mario Meoni, a raíz de «la falta de funcionamiento de la planta depuradora de líquidos cloacales» de ese distrito, por “diversas roturas”.
Al igual que ahora, acusaban a los funcionarios de JxC juninense, de «escasa preocupación por los desechos cloacales que se tiran al Salado sin procesar» y expresaban además su inquietud porque diversos estudios bromatológicos, aún los efectuados por organismos oficiales, arrojaron como resultado que esas aguas presentan un alto nivel de contaminación.
Lo cierto es que la planta depuradora construida a fines de los ‘80 en Junín, nunca funcionó correctamente y por ese motivo la administración del intendente Abel Miguel, al principio arrojaba los líquidos cloacales al canal que une las lagunas de Gómez y El Carpincho, para luego de algunas quejas de los clubes de cazadores y pescadores, se hiciera un “bypass” por detrás del tajamar del espejo de agua más pequeño de Junín con salida directa al Salado y con destino a Chacabuco.
Historia repetida
Y mientras que hace 13 años, desde la comuna juninense decían que darían pronta solución al problema, por el contrario, se siguieron habilitando cloacas en los barrios y plantas de bombeo hacia el río, que no han hecho más que acrecentar la cantidad de materia fecal hacia el distrito limítrofe.
Por más que por aquel entonces la causa no prosperara, ya que un análisis (algunos dicen que irregular) de la Autoridad del Agua de la PBA determinó que la contaminación se debía también a los tambos que arrojaban sus efluentes al río, la laguna de Rocha debió ser cerrada por dos meses, cuando tras realizar los análisis bromatológicos las bacterias ‘escherichia coli’ estaban presentes 11 veces por encima de lo permitido para el uso de aguas recreacionales.
Del mismo palo pero sin acuerdo
La llegada de Aiola a la intendencia de Chacabuco, apaciguó un poco los ánimos clamorosos ya que comparte la misma alianza política con Petrecca, pero se supo que hoy la situación no da para más debido a dos cuestiones que un allegado al municipio vecino explicó a SEMANARIO: “En Junín hay cada vez más cloacas y a los funcionarios no les importa para nada el ambiente. Inauguran cañerías, pero la porquería se la tiran al vecino. Ni siquiera los intendentes se han preocupado por gestionar una nueva planta. No lo hicieron con (María Eugenia) Vidal y menos ahora con (Axel) Kicillof al que cada tanto le dan algún palito”.
Efectivamente, en abril pasado se anunció la firma del convenio para la instalación de seis nuevas plantas de tratamiento de residuos cloacales y otras cinco que implican ampliaciones y mejoras en los distritos de Carlos Casares, Carmen de Patagones, Gral. Alvear, Gral. Las Heras, Gral. Madariaga, Gral. Paz, Gonzales Chávez, Navarro, Pila, Chivilcoy y Leandro N. Alem. Todo ello con una inversión de 5.000 millones de pesos.
Pero Junín no está entre esas obras y la gestión de Petrecca no busca soluciones, y por su lado, Chacabuco, tampoco las exige, cuando ambos intendentes –dicen- estar cuidando la salud de sus respectivos vecinos, pero también “hacen agua” con la gestión por la pandemia.
Sumando caca
Mientras Petrecca aparece en los medios de prensa y redes sociales firmando un convenio con la provincia, que le aportará $90 millones para ampliar la red de cloacas de Junín, asegura que: “en los últimos cinco años pudimos avanzar y llegar a casi el ciento por ciento del casco urbano», desde Chacabuco lo observan con desdén por su indiferencia hacia la región. “Sacan la caca de los barrios y nos la tiran a nosotros, que lindo negocio”, insistió otra fuente chacabuquense.
Planta obsoleta
El director de Obras Sanitarias Municipales de Junín, Guido Covini, sabe desde su llegada al cargo que la planta depuradora está obsoleta, pero no ha hecho nada para cambiar la situación y por el contrario ha seguido sacando caca hacia el río, alegando un problema sanitario en los barrios.
En 2018, había sido la última vez que Aiola y Petrecca se cruzaron para buscar soluciones a esta situación que se ha desbordado tanto como la materia cloacal lo hacía en la estación de bombeo, antes de la nueva inauguración de esta semana,
Kicillof en persona inauguró la obra que la provincia terminó, pero llamativamente el gobierno local en cada una de sus apariciones jamás ha hecho mención a la falta de tratamiento de los líquidos cloacales, ni siquiera la subsecretaria de Medio Ambiente, Perla Casella, un área que debido a la mala gestión y desinterés municipal quedó completamente devaluada. (InfoGEI)