“No es la más fuerte de las especies la que sobrevive y tampoco la más inteligente. Sobrevive aquella que más se adapta al cambio”. Charles Darwin La fiestas clandestinas en cercanías del ex Automóvil Club son una invitación sin pasaje de retorno a la tragedia. No podemos afirmar que la muerte de un joven motociclistas haya sido por el afán de asistir a esta fiesta realizada en la madrugada del sábado y que se extendió hasta pasada las 7 de la mañana.
Si podemos argumentar “es un aviso” para evitar un incidente vial de proporciones A través de diversos testimonios podemos indicar que son numerosas las motos y autos que se trasladan al sitio “elegido” desde las localidades de Wheelwright. Hughes y Colón. En este sentido, además se puede decir que entre los asistentes, existe la presencia de y adolescentes hasta personas mayores de edad.
Tal vez el dato que más nos llamó la atención es como se señalizan algunos motos donde sus propietarios por un tema de estética optaron por sacar los faros de las luces delanteras y traseras. Lo más temerario de esta problemática social es que hay medios de transporte de este tipo donde se trasladan hasta tres jóvenes.
Cuando sienten que un auto se acerca encienden sus teléfonos celulares y los ponen en sus espaldas o la parte delantera para señalizar que vienen avanzando. Pero lo más preocupante son las centenares de botellas de alcohol que dejan como testigos de un encuentro donde ponen en peligro su integridad física, la salud de sus familias y en “rojo” el sistema de salud. Es un deber de la dirigencia política, “no sacarse” el problema de encima, si de resolver y evitar que suceda una tragedia que no queremos que suceda. (Foto ilustrativa)