Los Museos de Firmat entregaron a través de su sitio oficial una interesante nota sobre los objetos y que señala:
“Antes los objetos estaban hechos para durar, para acompañar a mujeres y hombres en el tránsito de sus vidas. Pero para que los objetos puedan adquirir esta memoria formidable y profunda, es necesario convivir con ellos, respetarlos, desarrollar una intimidad y un entendimiento.
En otros tiempos no era fácil poseer cosas, ni siquiera para los muy ricos, porque las cosas se hacían manualmente, o al menos pasaban por un largo proceso de confección y comercialización. La misma jarra enlozada podía servir agua a los novios, ayudar en el nacimiento de un bebé o verter agua en el baño de una abuela.
Los humanos tendemos a creer que lo que hoy vivimos y hoy pensamos es lo que siempre hemos vivido o creído; por eso nos cuesta recordar que el mundo ha cambiado vertiginosamente en los últimos tiempos, y que nuestra relación actual con los objetos era muy diferente hace apenas unos 50 años o menos.
Este interés por adquirir objetos que no necesitamos y no usamos, y que al poco tiempo tiramos para lanzarnos a comprar otros objetos que duran poco, pensados para durar poco, nos lleva a ser más desarraigados, y a la vez a ser más insensibles a la memoria de los objetos.
Los museos son espacios de encuentro con el objeto real. En un mundo de virtualidad creciente tiene como contrapartida este encuentro con el objeto real, que lleva al mensaje del reconocimiento al trabajo y el esfuerzo, el ingenio y la dedicación, el sacrificio y los sueños de otras generaciones.
Aquí tenemos una jarra enlozada, típico utensilio de cocina como tanto otros que se realizaban en esta técnica, el esmaltado: esmalte vitrificado o cubierto por una cubierta vítrea, similar al vidrio, fusionada sobre una base metálica, lo cual genera una capacidad inoxidable, es de alguna forma anti adherente y soporta bien el calor así como también mantiene el frío. Técnica utilizada desde el s. XIII y extendida por el mundo entero para todo tipo de uso y también decorado.
Esta simple y elegante jarra blanca, sufrió unas cuantas caídas, como vemos por sus abollones y marcas, y ayudó seguramente a verter muchos líquidos a lo largo de la historia de su uso. Hoy forma parte del núcleo temático: «Interiores e intimidad del hogar» del Museo Histórico Municipal de Firmat, en una ambientación sobre una batea de amasado de madera. Perteneció a una familia de la localidad, quien la donó al Museo como parte de un conjunto. Probable uso, primeras décadas del s. XX.
Es un bien considerado como patrimonio material dentro del acervo del Museo, aunque lleva una carga de patrimonio inmaterial en la historia intrínseca de su uso, como testigo mudo de los sucesos a los que asistió. Eran otras épocas, en las cuales no hacía falta pensar en reciclaje, porque era un concepto casi innecesario por la durabilidad de los objetos”.
Gabriela Martínez Castro es Licenciada en Bellas Artes, Master en Gestión y Diseño, Museógrafa, y actualmente cursa la Licenciatura en Museología. Se desempeña como Coordinadora del Museo Municipal de Firmat «Nelson Real» y el Museo Paleontológico «Casa del Pueblo».