Llegó la Semana Mundial del Parto Respetado y tiene lugar, por segunda vez, en tiempos de pandemia. Se celebra desde el 2004, apoyada e impulsada por organismos de salud y derechos humanos, con el fin de visibilizar los modos de atender los partos en el mundo y de promover el cumplimiento de los derechos de las personas gestantes y recién nacidas.
Cada año, el debate se enfoca en un tema diferente y esta vez el lema elegido es: “El respeto por las necesidades de la madre y su bebé en cualquier situación”, con el que se busca promover la importancia de que se contemplen los derechos de las personas gestantes y sus bebés aún durante las medidas de cuidado para evitar contagios de Covid-19.
Aún en este contexto de restricciones dispuestas por los Gobiernos nacional y provinciales para contener la pandemia del coronavirus, el derecho a un parto respetado debe estar garantizado. Es que en Argentina existe la Ley Nacional de Parto Respetado -N°25.929 y su decreto reglamentario 2035/15- que se debe implementar en todo el sistema de salud, tanto del ámbito público, obras sociales y el ámbito privado. Además, el país cuenta con una vasta legislación en materia antidiscriminatoria, de establecimiento de los derechos humanos y contra las violencias hacia las mujeres y personas gestantes.
Y aunque Argentina es un país pionero en términos legales si se habla de parto respetado o humanizado, los índices de violencia obstétrica siguen siendo alarmantes. Los números de cesáreas sin motivo médico permanecen por encima del 15% máximo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtiendo que se realiza un 31% en el sector público y más de un 65% en el sector privado.
Es por eso que desde los movimientos que luchan contra la violencia obstétrica, reclaman que se redoblen los esfuerzos, particularmente, en las instituciones y equipos de salud, para que la experiencia de parir y nacer sea respetuosa y cuidada, y que las mujeres o personas gestantes recuperen su lugar como protagonista central durante el embarazo, trabajo de parto, parto y post parto.
Cuándo cambiaron los partos
Los partos comenzaron a realizarse en hospitales a principios del siglo XX, con el objetivo de disminuir la mortalidad materno-neonatal. Sin embargo, fue en ese contexto que se instaló la idea de que se trataba de un acontecimiento parecido a una enfermedad y fue entonces que los nacimientos se «medicalizaron».
Las mujeres perdieron protagonismo en un momento trascendental de la vida de todas las familias y de a poco se naturalizó la aceptación de las reglas de las instituciones médicas. Así fue que el parto se transformó en «un acto médico» y los equipos de salud pasaron comenzaron a implementar de manera «protocolar», tecnologías y prácticas recomendadas para embarazos o nacimientos de riesgo.
En 1985, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció la declaración «el nacimiento no es una enfermedad», que inició el proceso de transformación del modelo de atención de partos. A esto se sumó un marco legal internacional y local que empezó a intentar rescatar el papel activo que deben tomar las personas gestantes y sus familia en el cuidado del embarazo, durante el parto y con el recién nacido.
El término «parto respetado» o «parto humanizado» hace referencia el respeto a los derechos de las personas gestantes, los recién nacidos y sus familias en el momento del nacimiento. Promueve el respeto a las particularidades de cada familia (etnia, religión, nacionalidad), acompañándola a través de la toma de decisiones seguras e informadas. Pero además, a partir de otras de las llamadas «leyes reparatorias» de Argentina-como la de matrimonio entre personas del mismo sexo y la de identidad de género- y el debate social que se generó en los últimos años acerca de los cuerpos con capacidad de gestar, la Ley Nacional Nº 25.929 incluye el respeto a las diversidades sexuales durante los partos y nacimientos.
La Ley Nacional Nº 25.929 de Parto Respetado -aprobada el 26 de agosto de 2004- establece la implementación «de una campaña destinada a concientizar a la sociedad, sobre la importancia del acompañamiento de la mujer en el parto por una persona de su elección, y de los beneficios que significa para la salud del binomio madre-hijo». La provincia de Buenos Aires adhirió en septiembre de 2020 a esta normativa nacional, en plena pandemia, para garantizar que no se vulneren derechos durante la emergencia sanitaria.
¿Qué establece la Ley de Parto Respetado?
- «Las obras sociales regidas por leyes nacionales y las entidades de medicina prepaga deberán brindar obligatoriamente las prestaciones establecidas en esta Ley, las que quedan incorporadas de pleno derecho al Programa Médico Obligatorio».
- Quedan taxativamente establecidos los derechos de la persona gestante en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto, dentro de los que se destacan:
- El derecho a ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar durante esos procesos de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas.
- Ser tratada con respeto y, de modo individual y personalizado, que le garantice la intimidad durante todo el proceso asistencial y tenga en consideración sus pautas culturales.
- Parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer, entre otros.
¿Cuáles son los derechos de la persona recién nacida?
- A ser tratada en forma respetuosa y digna, a su inequívoca identificación.
- A no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación o docencia, salvo consentimiento, manifestado por escrito de sus representantes legales, bajo protocolo aprobado por el Comité de Bioética.
- A la internación conjunta con su madre en sala y a que la misma sea lo más breve posible, teniendo en consideración el estado de salud de ambas personas.(INFOCIELO)