«El costo humano de los agrotóxicos», una muestra que recorre localidades de Santa Fe y Entre Ríos

La muestra fotográfica multipremiada “El costo humano de los agrotóxicos”, del reportero gráfico bonaerense, Pablo Piovano, recorre las localidades de la provincia de Santa Fe y Entre Ríos. De la mano de la multisectorial Paren de Fumigarnos, como organizadora del cronograma de visitas y de las actividades que acompañan en cada presentación, la exposición de gigantografías que retratan el impacto del modelo agrario extractivista en la salud de las poblaciones rurales comenzó su itinerario hace un mes en la ciudad de Rufino y luego continuó por San Lorenzo, Rosario, Villa Amelia y Cañada de Gómez.

 

Este fin de semana será el turno de Rafaela y luego se expondrá en Pérez, Sastre y Ortiz, Venado Tuerto, Alvarez, Andino, Granadero Baigorria, Gualeguay y Gualeguaychú y en las localidades cuyas asambleas de vecinos reserven un lugar en la grilla.

 

“Queremos sumarnos a difundir el valiente, honesto e imprescindible trabajo de Piovano, de visibilizar parte de un genocidio, que tiene muchas externalidades como la expulsión de los humildes del campo a hacinarse en los arrabales de las ciudades; la contaminación de los ríos, la tierra, la comida, la leche materna y nuestros cuerpos; potenciar el cambio climático y necesitar avanzar sobre zonas de bosques o humedales para ensanchar la frontera agropecuaria transgénica y el lucrativo negocio de pocos”, detalló Carlos Manessi, integrante de la multisectorial.

Para el activista ambiental, “este registro fotográfico es la punta de un iceberg que quieren ocultar, plagado de enfermedades que no salen en fotografías pero condicionan las vidas de cada vez más ciudadanos como las neurodegenerativas. Las enfermedades de Autismo, Párkinson y Alzhéimer están íntimamente relacionadas a la profusa utilización de agroquímicos”.

Manessi recordó que “Santa Fe necesita modificar y adecuar la ley 11273, mal llamada de fitosanitarios, del año 1995, que regula el uso de los agrotóxicos. Tener leyes de fomento a la producción agroecológica y de relocalización de silos de acopio de cereales”.

Durante las jornadas de exposición, que intentarán replicar en cada uno de los pueblos fumigados, se colectan firmas para entregar a los legisladores santafesinos con el objetivo de modificar la ley de agrotóxicos que ya tuvo tratamiento parlamentario varias veces en la Legislatura. El petitorio exige el pronto tratamiento del proyecto modificatorio de la ley y está dirigido a los presidentes de ambas cámaras con copia al gobernador, Omar Perotti.

               La exposición

Durante tres años Piovano recorrió 15 mil kilómetros y visitó las provincias de Entre Ríos, Misiones, Chaco, Córdoba y Santa Fe. En su recorrido recogió un centenar de testimonios de víctimas de fumigaciones con agrotóxicos y dejó memoria del impacto real que los agroquímicos provocan en bebés, niños y adultos, en tiempos de una lógica expansión de los cultivos genéticamente modificados. Pablo se propuso corroborar los datos que había escuchado sobre los efectos que el herbicida de uso más extendido, el glifosato, estaba provocando.

En noviembre de 2014 -el primero de los tres viajes que conforman su registro documental- conoció a Fabián Tomasi, un peón rural y banderillero de aviones fumigadores, quien lo recibió en su casa de Basavilbaso, en Entre Ríos y, entre muchos otros detalles, le contó que terminaba sus jornadas laborales bañado en veneno. “Fabián fue el que me mostró la dimensión de la catástrofe. Él me ayudó a guionar el resto del viaje. El me conmueve, me hace reír, está paradójicamente lleno de vida y de fuerza”, contó entonces Piovano.

“Fue el primero, pero también el último que fotografié, su cuerpo está muy lacerado, le dieron seis meses de vida. Es un hombre de 50 años que trabajó en carga y descarga de agroquímicos y sufrió politraumatismo tóxico severo. Ahora no puede sostenerse por sí mismo, no puede levantar un mate”, dijo sobre Fabián, quien finalmente falleció el 7 de septiembre de 2018.

En San Salvador, un poblado cercano al de Fabián, había 19 casos de cáncer en cuatro cuadras. “Eso fue como sentir el daño y se repitió a lo largo de todo el viaje en las zonas de impacto, es decir en las casas linderas a los campos. Anduve por Misiones, Chaco y Córdoba, donde están las Madres del barrio Ituzaingó, que después de tres años de bloqueo lograron echar a la planta Monsanto de esa localidad, la más grande de Latinoamérica. Algo que también me impactó, muchos de sus hijos habían muerto por envenenamiento”.

Por este trabajo, el fotógrafo fue distinguido con el premio de fotoperiodismo Philip Jones Griffiths, por “el hermoso e importante trabajo sobre el uso y los efectos de los agrotóxicos en la producción de alimentos en la Argentina”. La muestra recorrió además numerosos festivales internacionales en los que obtuvo distinciones y destacadas valoraciones a su contenido.

En Argentina, según datos de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, un tercio de la población está afectada directa o indirectamente por el glifosato. Son 13.400.000 personas que viven en los alrededores de la zona tratada con estos agroquímicos. En 2012 se utilizaron 370 millones de litros de agroquímicos sobre 21 millones de hectáreas sembradas con semillas transgénicas, es decir, sobre el 60 por ciento de la superficie cultivada del país. En la última década se triplicaron los casos de cáncer infantil y las malformaciones congénitas se cuadruplicaron. Actualmente se estiman más de 500 millones de litros de agrotóxicos por año, en parte, ante las mayores resistencias de las malezas.LA CAPITAL)