Colón: El enigma del “Pequeño Judas»

(Por Victor Calvigioni) La aparición del feto al que bautizaron «Judas» es un enigma casi insondable tanto  por su hallazgo como su posterior desaparición.

Los testigos de aquella época que observaron su pequeña figura, tildan el caso de un hecho milagroso.

No es para menos. La conservación por casi cuarenta años del cuerpecito dispuesto en tierra sin ningún tipo de deterioro, mereció ser atribuido a  una aparición casi sobrenatural.

Sin embargo, alguien nos señaló que el feto, pudo haber sido tratado con formol (altamente improbable) y por eso quedó perfectamente momificado.

En igual sentido,  nadie duda y por dichos de médicos de esa época  que se trató de un organismo «no nato» y que debió ser abortado en avanzado estado de gravidez.

El hallazgo

En el año l977,  estaba en pleno apogeo el primer gobierno del empresario textil, Carlos Mazzieri.

Las autoridades de aquella época decidieron reformar la estructura del Hospital Municipal “Eduardo Morgan”.

La ciudad había crecido y el centro asistencial necesitaba nuevas dependencias para cubrir los requerimientos en salud de la población.

Los albañiles comenzaron a trabajar en el sector donde estaban ubicados los antiguos jardines (la ex sala de guardia) sobre Boulevard 50.

Las tareas se desarrollaban con normalidad. Los trabajadores munidos con pico y pala trataban de pulverizar viejos cimientos.

Los escombros se amontonaban en una esquina del predio municipal. En forma repentina y a cincuenta centímetros de profundidad, la punta de una pala toma contacto con un extraño bulto. El trabajador municipal llamó rápidamente a sus compañeros.

Los albañiles extrañados requirieron del capataz de calle el fallecido Juan Larrovere,  y que diariamente supervisaba las tareas que allí  se realizaban.

El pequeño paquete fue extraído con cuidado y depositado sobre un andamio de madera. Comenzaba el misterio del » Pequeño Judas».

El bulto estaba atado con hilo sisal grueso y prolijamente envuelto en hojas de diario, escritas en idioma italiano.

El papel estaba correctamente conservado y todavía se podía distinguir nitidamente la tipografía.

Si algunos de los presentes dominara el  idioma peninsular, habrían podido leer las noticias de cada una de sus páginas.

Los empleados con cuidado retiraron el envoltorio y ante la vista de los presentes quedo al descubierto un feto de 25 a 30 centímetros de largo, perfectamente formado (pies, manos, cara). La pelusa que cubría su cabeza era rubia rojiza.

Los rudos hombres que pudieron observarlo dicen que: «era como un pequeño muñeco de porcelana». El estado de conservación de su piel era perfecto.

Algunos comenzaron hablar de » milagro». En este sentido, los que defendían esta fundamentación  señalaban que «los fetos por su alta composición de agua se desnaturalizan rápidamente» y agregaban «en pocos días y sepultado en tierra no quedaba ningún resto, ni los huesitos que comienzan a formarse. Todo desaparece».

Sin embargo, lo inexplicable (aún en el presente) es como un feto enterrado en tierra y envuelto solamente en papeles, pudo conservarse en perfecto estado por varias décadas.

Las personas presentes más racionales explican que el mismo pudo ser tratado con un compuesto a base de formol que lo momificó. Algo altamente improbable por las circunstancias que habrían rodeado su entierro casi a flor de tierra.

Según pudimos averiguar, el diario italiano que hacía las veces de envoltorio databa de principios de la década del cuarenta y hasta traía noticias de la lejana guerra.

Si las fechas coinciden, el feto enterrado por manos anónimas, permaneció en ese lugar por casi cuarenta años.

Por otro lado, luego del hallazgo fue dispuesto en el interior de una bolsa de plástico color blanco ,trasladado y depositado en una oficina, ubicada en el corralón municipal.

En ese sector fue observado por varias personas.

Algunos empleados lo bautizaron » El Pequeño Judas». Allí permaneció hasta 1982. En esa época hubo varios cambios de personal. El feto poco después desapareció.

En el presente existen dos versiones. Una de ellas indica que » El pequeño Judas»fue trasladado al cementerio municipal donde fue sepultado.

Sin embargo no existe registro de tal movimiento en el libro de entradas del sector.

La otra versión señala que repentinamente desapareció sin que nadie se diera cuenta. A más de cuarenta años del repentino hallazgo, sigue siendo un misterio los motivos de su desaparición y su destino final.

Manos misteriosas llevaron a «Judas»hacia un enigma casi inexpugnable.