Son 18 acusados por crímenes de lesa humanidad cometidos contra 442 víctimas comenzó en La Plata el juicio oral de tres causas unificadas en las que se abordará el funcionamiento de los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio que funcionaron en las sedes de las brigadas de Investigaciones de la Policía bonaerense de Banfield, Quilmes y Lanús.
El debate está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de la capital bonaerense, a cargo de los jueces subrogantes Ricardo Basílico, Walter Venditti y Esteban Carlos Rodríguez Eggers. En el inicio del juicio la presidencia quedó en manos de Basílico, pero se informó los miembros irán rotando en esa función teniendo en cuenta la extensión que se prevé para este debate.
El Ministerio Público Fiscal es representado por los y la integrante de la Unidad Fiscal Federal de esa ciudad que interviene en juicios por crímenes de lesa humanidad: los fiscales generales Hernán Schapiro y Gonzalo Miranda; y Juan Martín Nogueira y Ana Oberlin, auxiliares fiscales.
El proceso que inició con la lectura de la síntesis de los cinco requerimientos de elevación a juicio -y que continuará el próximo martes con el llamado a declaración indagatoria de los acusados- es el resultado de la unificación de tres causas que tramitaron por separado durante la instrucción, pero con puntos en común por el circuito que recorrieron las víctimas y la operatoria de la represión ilegal en el sur del Gran Buenos Aires.
En la causa del Pozo de Banfield, tal como se denominó a la brigada de esa ciudad, se investigan los crímenes contra 253 víctimas; en la del Pozo de Quilmes, 181; y en “El Infierno”, sede de la Brigrada de Lanús, 62.
De acuerdo con la Unidad Fiscal, de los 442 casos que se abordarán en el juicio, 36 víctimas pasaron por Banfield y Quilmes; 15 por “El Infierno” y Banfield; 3 entre “El Infierno” y Quilmes; y 6 víctimas pasaron por los tres centros clandestinos de detención.
El debate abordará privaciones ilegales de la libertad; aplicación de tormentos; homicidios; desapariciones forzadas; sustracción, retención y ocultamiento de niños y niñas nacidos y nacidas en cautiverio; y delitos contra la integridad sexual.
El Pozo de Quilmes
El “Pozo de Quilmes”, ubicado en la esquina de Alison Bell y Garibaldi de esa ciudad, fue uno de los centros clandestinos sobre los que más se indagó en los juicios realizados en los ’80 a las juntas militares y al equipo represivo encabezado por el jefe policial Ramón Camps. Entre otros casos, también se acreditó que durante 1976 permanecieron secuestrados algunos de los jóvenes estudiantes secundarios. Este centro clandestino tuvo tres etapas de funcionamiento. La primera de ellas se prolongó hasta el 31 de diciembre de 1976, fecha hasta la que oficialmente se reconoció el funcionamiento de una brigada policial
Relación directa con Pergamino-Colón
El centro de detención de Quilmes tiene una relación directa con la ciudad de Pergamino y Colón. El caso es el secuestro y posterior desaparición de Carlos Santillan y María Cristina Lanzilloto. En el operativo en la casa de calle Rivadavia donde se secuestró a la pareja , participó el colonense y policía bonaerense Carlos Rocca. En el Juicio por la Verdad dieron su testimonio Pablo Díaz (Noche de los Lápices) por el destino de Carlos Santillan que estuvo en el Pozo de Quilmes y el Periodista Victor Calvigioni para dilucidar el entramado de la casa de la Calle Rivadavia 955 Pergamino
La denuncia se inicia el 20 de marzo de 1984, por Benjamín Santillán, padre de la víctima y fue presentada en el Batallón de Ingenieros de Combate 141 de Santiago del Estero, relatando el secuestro de Carlos Benjamin Santillán, nacido en 1945, y María Cristina Lanzilloto de Santillán, nacida en 1947, quienes fueron secuestrados el 17 de noviembre de 1976, por fuerzas operativas del Ejercito y de la Policía Bonaerense en la calle Rivadavia 954 de Pergamino. En la causa judicial se argumenta que el 18 de abril de 1977, se presentó un habeas corpus en el Juzgado de Instrucción Nº 31 a cargo de Eduardo Valdominos y que fue contestado negativamente. En junio de 1977, por orden del Ministro de Gobierno bonaerense, el Juez en lo Penal Nº 2 de San Nicolás inicio un sumario administrativo y que luego fue archivado. En 1983 se reitera el pedido antes el Juez de San Nicolás, Oscar Vergara y el padre de Santillan en ese momento denuncia el propio secuestro llevado adelante por encapuchados en la casa de la calle Rivadavia y que además fue torturado durante tres días en la sede policial de Pergamino.
Con Pablo Díaz
En el largo expediente, el Juez de San Nicolás, Luis Hilario Milesi, el 1º de marzo de 1985, toma declaración a Luis Guillermo Garay, detenido y liberado y en su relato indica que mientras estuvo en la Unidad Penal Nş 9 de La Plata, tuvo conocimiento de otro detenido de nombre Pablo Díaz Caracoche (raptado en la denominada Noche de los Lápices) que había estado secuestrado ilegalmente en la Cárcel Clandestina de Quilmes y allí a fines de 1976 y mediados de 1977, estuvo en la misma condiciones Carlos Benjamin Santillán, el cual estaba bien individualizado por autoridades del lugar, y era sometido a un trato riguroso, encontrándose herido. El relato concuerda con el secuestro y tiroteo en su casa de Pergamino.
Pablo Díaz Carcoche fue legalizado y pasado al penal de La Plata, y en el Pabellón Nº2, en rueda de presos, manifestó lo relatado, donde también se encontraban entre los presos Luis Garay. En fojas 366, el 12 de enero de 1989, Carlos Santillán, pide al magistrado que se restituya la vivienda de Rivadavia 954 de la ciudad de Pergamino a los dos hijos de Santillan-Lanzilloto. En este sentido, más de 40 años después de aquel requerimiento la casa no fue restituida.