Una suerte de batalla campal se desató en la madrugada de ayer en Casilda cuando la policía intentó poner fin a una fiesta clandestina que se estaba desarrollando en un sector del populoso barrio Nueva Roma.
El violento episodio, que dejó como saldo tres agentes policiales heridos y tres móviles dañados, culminó con la detención de una veintena de jóvenes, en su mayoría menores de edad.
Eran alrededor de las 4 cuando personal del Comando Radioeléctrico fue alertado por el servicio de emergencias 911 de que en la zona de Maipú al 2700 se estaba realizando un encuentro social no permitido por las restricciones impuestas por la pandemia.
Al llegar al lugar se encontraron con una fuerte resistencia por parte del grupo de concurrentes (entre 80 y 100 personas), que no solo desoyó la orden, sino que comenzó a arrojar piedras, palos y botellas contra los uniformados, quienes finalmente lograron controlar la situación con acciones disuasivas a través de disparos al aire con postas de goma.
En medio de los disturbios tres policías sufrieron lesiones leves al ser alcanzados por los objetos contundentes arrojados por los agresores, que además provocaron destrozos en tres patrulleros de la Unidad Regional IV de Policía del departamento Caseros.
Si bien no trascendieron mayores detalles de lo sucedido, se supo que fueron detenidos 22 jóvenes, de los cuales 16 son menores de edad, al tiempo que se procedió al secuestro de motocicletas y bicicletas que estaban en inmediaciones del lugar.
En Los Molinos
Casi al mismo momento de lo ocurrido en Casilda, personal de la subcomisaría 1ª de Los Molinos logró desactivar otra fiesta no permitida que se llevaba adelante en un domicilio particular. Fuentes policías indicaron que había unos cien jóvenes, tanto de esta comunidad como de poblaciones vecinas. (LA CAPITAL)