(Por Victor Calvigioni) El 25 de noviembre de 2014, la jornada se presentaba calurosa, ideal para relajarse del trabajo y la carga semanal de responsabilidades. Un día para llenar los pulmones de aire puro.
Sin embargo la sorpresa para quienes realizaron la excursión se encontraba a la vuelta de una de las tantas curvas donde “viborea” el angosto hilo de agua que tiene su origen en las lagunas denominada “Medina”.
Los huesos fueron “visualizados” por un pescador de Colón. No cabían dudas se trataba de un esqueleto humano. La denuncia fue radicada en la Comisaría Novena de Wheelwright. El colonense se encontraba acompañado de un menor. El propósito que los había llevado al sitio era atrapar tortugas en el canal que cruza el distrito santafesino a unos 15 kilómetros del casco urbano de Colón.
El arroyo se dirige por debajo del puente de Ruta Nacional Nº 8, a la altura del kilómetro 288 (a 500 metros de la Subcomisaria Vial)
La tarde presentaba una temperatura estival. Los pescadores utilizaban la “vieja” técnica de guantes y explorar las cuevas que están en las orillas (en esa zona existen decenas).
El mayor que integraba la comitiva en el movimiento de ingresar la mano a la pequeña caverna se encontró con huesos: un fémur, una tibia y el peroné, parte de un cráneo con la mandíbula y algunas vertebras.
Una vez realizada la denuncia llegaron al sitio , los Bomberos Voluntarios y la Policía de Wheelwright, al mando del Comisario Gimenez y la presencia del Fiscal de Melincué, Matías Merlo.
Los funcionarios encontraron más piezas humanas. Los agentes sacaron del barro parte de las costillas que rodea la cavidad traxica , un fémur, y trozos de huesos varios.
El homicida lo enterró de cabeza
Según los dichos de los peritos que actuaron, el esqueleto estaba en la «cueva» de cabeza, y le faltaban los huesos de los pies en su totalidad.
En este sentido, pudieron cercenar esas partes las alimañas y animales acuáticos que se encuentran en la corriente de agua. Un detalle importante es que los huesos encontrados se destruían fácilmente debido al tiempo transcurrido desde que el cadáver quedó en ese sitio.
Cabe destacar que no se encontraron parte de prendas de vestir o el calzado que en vida utilizaba. A pesar de abrir el expediente judicial en Melincué, nunca se supo su identidad de la persona desaparecida. Se trataría de un individuo de mediana edad, sexo masculino, y estatura media.
Las hipótesis son muchas. Alguien pudo matar a una persona recorrer decenas de kilómetros y al encontrar un sitio adecuado cerca de la Ruta 8, deshacerse del cadáver. También podría tratarse del cuerpo de una persona desaparecida en los años del Proceso Militar. Sin embargo, la Justicia no pudo dar una respuesta adecuada a quién fuera en vida una persona que tenía seguramente familia y que merece saber su destino.
LOS ADN PEDIDOS
Cabe destacar que los familiares de Whilmar Lemoine desaparecido el 13 de enero de 2009 fueron citados por el Fiscal de Melincue Matias Merlo para comunicarles la decisión de enviar al Ceride el Hallazgo y así determinar el ADN y compararlo. Hubo una la autorización judicial para la extracción de sangre a los familiares. No hubo respuesta positiva.