La autopsia realizada sobre los restos de Facundo Astudillo Castro concluyó que el joven de 22 años murió por “asfixia por sumersión (ahogamiento)”, que los restos óseos “no presentaban lesiones vitales de origen traumático” y que “no se observaron signos de participación de terceras personas sobre los restos estudiados”.
“Se trató de una muerte violenta, por no ser natural. El avanzado estado de esqueletización del cadáver limitó las posibilidades de conocer el modo de la muerte, no pudiendo la ciencia forense determinar con rigor científico si se trató de uno u otro modo de muerte violenta: suicida, homicida o accidental”, detalla el informe final de la autopsia dada a conocer por el juzgado federal 2 de Bahía Blanca, tras el trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense.
“Dichos resultados permiten aseverar, con el rigor científico necesario, que la muerte de Facundo José Astudillo Castro se produjo por asfixia por sumersión (ahogamiento). La sumersión (mecanismo asfíctico) es la causa de muerte por obstrucción de la vía aérea por el ingreso de líquidos durante el proceso de respiración bajo el agua, generando el ahogamiento (asfixia mecánica)”, agrega el informe. Sin embargo, resalta que por el estado del cuerpo encontrado se estuvo limitado en las posibilidades de conocer el modo de la muerte.
Otro de los puntos importantes de la autopsia es que el joven murió en el lugar en el que fue encontrado su cuerpo, el 15 de agosto: “Del estudio forense no surgen elementos que permitan suponer que los restos humanos hayan estado en otro ambiente distinto al del hallazgo durante el intervalo postmortem consignado”, señala.
El trabajo fue entregado por el Equipo Argentino de Antropología Forense a la jueza federal 2 de Bahía Blanca, María Gabriela Marrón, quien viajó desde Bahía Blanca hasta la sede del EAAF (en la ex ESMA, barrio de Núñez) junto a su secretaria, María Paula Riganti. En la reunión también estuvieron los fiscales a cargo del caso, Santiago Ulpiano Martínez, Andrés Heim y Horacio Azzolín.
El informe buscaba arrojar luz sobre la causa de muerte del joven de 22 años que, el 30 de abril, partió desde Pedro Luro hacia Bahía Blanca. El caso comenzó a ser investigado por la Justicia provincial como una averiguación de paradero hasta el 9 de julio, cuando se declaró incompetente.
Para entonces, la fiscalía federal 1 de Bahía Blanca, a cargo de Santiago Ulpiano Martínez, avanzaba con pruebas para confirmar o descartar si se trataba de una desaparición forzada. Sin embargo, el fiscal se encargó de remarcar, en sucesivos informes, que no había elementos que comprometieran a efectivos de la Policía de Villarino, como siempre denunció Cristina Castro, la madre del joven.
Tras el hallazgo del cadáver esqueletizado y la confirmación, a comienzos de septiembre, de que pertenecía a Facundo, la investigación avanzó decidida hacia la hipótesis de desaparición forzada seguida de muerte. La autopsia se realizó el pasado 25 de agosto y participó un equipo interdisciplinario compuesto por unos 15 peritos.
Por parte del EAAF estuvieron su director, Luis Fondebrider (antropólogo forense); Analía Simonetto (antropóloga forense, coordinadora del Laboratorio de Antropología Forense); Mercedes Salado Puerto (antropóloga forense, coordinadora de Identificación); Luis Bosio (médico forense); y Gala Maruscak (fotógrafa pericial).
En cuanto al Cuerpo Médico Forense (CMF), intervinieron Roberto Cohen (médico forense); Alejandro Rullan Corna (médico forense); Marta Maldonado (odontóloga forense); Jorge Pereyra (radiólogo forense), y Mariana Selva (antropóloga forense).
Por parte del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) participó Nora Maidana (análisis de Diatomeas), mientras que por la Universidad del Centro (Unicen) lo hizo María Amelia Gutiérrez (Tafonomía), María Clara Álvarez (arqueóloga) y Cristian Ariel Kaufmann (Ciencias Naturales). Asimismo, Virginia Créimer, especialista consultora en Medicina Legal, fue designada como perito por parte de la querella.
Facundo fue visto con vida por última vez el 30 de abril último, cuando en plena cuarentena por la Covid-19 dejó su casa de Pedro Luro para ir a Bahía Blanca a ver a su exnovia, y su madre cree que fue víctima de una desaparición forzada seguida de muerte por parte de la Policía bonaerense. (DIB)